La chica que está derribando mitos sobre las mujeres musulmanas
Hablamos con Amani Al-Khatahtbeh, la editora de Muslim Girl

Amani Al-Khatahtbeh tenía 17 años cuando fundó MuslimGirl. Corría el año 2009 y ser adolescente, musulmana y estadounidense no debía resultar precisamente fácil. Al-Khatahtbeh tenía 9 años cuando vio estrellarse los aviones contra las Torres Gemelas, 10 cuando su país entró en guerra con Afganistán y 11 cuando invadió Irak. Cansada de la imagen que los medios proyectaban sobre el Islam y las mujeres musulmanas, puso en marcha, con la ayuda de compañeros de su mezquita de Nueva Jersey, lo que ocho años después se ha convertido en el principal medio online dirigido a mujeres musulmanas de Occidente. Al tiempo que su publicación iba ganando influencia, Al-Khatahtbeh iba adquiriendo categoría de icono. Es una de las caras del nuevo feminismo, según Teen Vogue, y la revista Forbes la incluyó el año pasado en la lista 30 under 30. Lo mismo escribe en The Huffington Post o Fortune, que participa en debates en la CNN y la BBC, o habla en la Casa Blanca (fue invitada por Michelle Obama a inaugurar la Cumbre de Mujeres de los Estados Unidos el año pasado). La semana pasada estuvo en Madrid participando en la red de conferencias Sustainable Brands, organizadas en España por la consultora Somos Quiero.
Cuando empezaste con Muslim Girl estabas en el instituto. ¿Se te ocurrió alguna vez que acabaría convirtiéndose en lo que es ahora?
Siempre soñamos con un cambio en la representación de las mujeres musulmanas en los medios, y es surrealista ver que algo que empezamos cuando éramos adolescentes forme parte de ello.
¿Y cómo pasó de ser un blog a un medio profesional con tanta influencia?
Fue creciendo de manera natural con nosotras. Era algo que hacíamos en nuestro tiempo libre y en lo que nos refugiábamos para sobrevivir al instituto y la universidad. Nuestras experiencias feministas y lo que aprendíamos en la escuela fue haciendo que las conversaciones en la web evolucionaran y se hicieran más críticas y vinculadas con lo que estaba pasando. En la época en la que me gradué en la Universidad de Rutger y empecé a trabajar en Washington decidí formar un equipo editorial voluntario para convertir el blog en una publicación regular. A partir de ahí, creo que la presencia Muslim Girl ha trasformado de verdad el discurso sobre las mujeres musulmanas y el Islam en el contexto occidental.
¿Tenéis lectoras no musulmanas? ¿Y hombres?
Aunque no es posible controlar eso, a partir de los debates que se producen entre los lectores y de las plataformas que hacen referencia a nuestros artículos, creemos que una parte significativa de nuestra audiencia es no musulmana. Es algo sorprendente y demuestra que hemos conseguido que los temas sobre el Islam y las mujeres musulmanas resulten relevantes para personas que de otra manera ni sabrían sobre ellos ni podrían comprenderlos. Es genial también que aproximadamente un tercio de nuestros lectores sean hombres. Puede que se llame Muslim Girl, pero los temas que cubrimos trascienden el género y la religión.
¿Cómo de realista es la imagen que tenemos sobre las mujeres musulmanas?
Algo que siempre le pido al público en las conferencias es que miren las imágenes de mujeres musulmanas que están acostumbrados a ver y me digan si lo que ven se parece a mí o a las mujeres musulmanas que hay en sus vidas. La respuesta normalmente es un no rotundo. El hecho de que podamos incluso decir que existe una imagen de las mujeres musulmanas demuestra lo lejos que ha llegado la cosa, porque es imposible generalizar sobre las mujeres musulmanes, de la misma forma que es imposible generalizar sobre las cristianas. Somos personas de todo tipo, que venimos de todas las culturas y hablamos todas las lenguas del planeta. Pero Occidente ha politizado con la imagen de las mujeres musulmanas hasta llegar a una muy unidimensional, limitada y estrecha definición de ellas.
¿Estás cansada de que pregunten por el hijab?
Sí, claro que sí. El hijab es solo uno de los muchos conceptos islámicos y nuestros pañuelos son solo trozos de tela. Pero la conversación acerca de las mujeres musulmanas parece quedarse ahí. Incluso algunas de las historias sobre diversidad que leemos en internet nos limitan a la forma en que vestimos, y hablan sobre nuestra modestia solo cuando queda bien. Todavía estoy esperando a que la representación que se ofrece de nosotras llegue al punto en el que la historia vaya de verdad sobre esas increíbles o estúpidas mujeres que da la casualidad que también son musulmanas.
Tú te criaste en la era post-11S. ¿Crecer siendo musulmán en Estados Unidos es ahora más fácil o más difícil?
Lamento decir que ser un niño musulmán es hoy tan, si no más difícil, de lo que fue para mí crecer en la islamofobia post-11S. Cuando Donald Trump empezó a hablar de prohibir la inmigración de musulmanes en diciembre de 2015, la tensión aumentó tanto que por primera vez decimos publicar un manual de seguridad para mujeres musulmanas. Era una guía de recursos dirigida solo a nosotras para sobrevivir a la histeria mediática que se generó, porque las mujeres musulmanas volvían otra vez a tener miedo a salir de casa y amigas mías dejaron de llevar pañuelo por la escalada en los crímenes de odio.

Has participado en el foro Sustainable Brands, pero en varias ocasiones has criticado la utilización comercial que algunas marcas hacen de los temas de diversidad. ¿Cómo se puede distinguir a las empresas que solo quieren venderimagen de las que de verdad tienen un compromiso en ese sentido?
Es muy sencillo: hay que incluir en el proceso a miembros de las comunidades a las que quieras ayudar. Las marcas están en una posición única para liderarnos en la lucha por el progreso social. Tenemos la oportunidad de convertir esa capacidad de ser inclusivo de las marcas en un movimiento real de empoderamiento para las comunidades marginadas, que están viviendo una época de adversidad y ostracismo extremos. Las empresas pueden ayudar al cambio incluyendo la diversidad en sus redacciones, oficinas y estudios de diseño. Es la diferencia entre visibilidad y representatividad.
¿Con qué tipo de marcas trabajáis en Muslim Girl? ¿Pasan los anunciantes algún filtro?
Somos una publicación abierta y diversa y solo trabajamos con marcas que reflejen nuestros valores y tengan tantas ganas como nosotros de ofrecer a las mujeres una plataforma para contar sus historias.
Recomiéndanos a alguna Mujer a Seguir.
Tengo la suerte de poder considerar a @elainewelteroth [Elaine Welteroth es la editora jefe de Teen Vogue] amiga y fuente de inspiración. Su liderazgo en Teen Vogue ha resultado transformador para la generación actual de adolescentes estadounidenses y el mundo de los medios es por ello mejor.