Hablamos con las organizadoras del Paro de Mujeres en España
¿Por qué un paro y no una huelga? ¿Participar es legal? ¿Por qué el programa es distinto en cada ciudad? Nos aclaran estas y otras dudas

Mujeres y hombres de 46 países están llamados a participar mañana en la jornada global de protesta convocada por el Día de la Mujer. El movimiento es internacional y sus reivindicaciones también, pero la protesta se articulará de manera diferente en cada país y en cada ciudad. Esto se explica, en primer lugar, porque a diferencia de otros movimientos reivindicativos más centralizados y gestionados desde unas pocas organizaciones, el feminismo es un movimiento enormemente heterogéneo que agrupa a colectivos muy diversos: grupos contra la violencia de género, asociaciones sindicales, empresariales, políticas, estudiantiles, vecinales, etcétera. El principio del activismo ‘piensa globalmente, actúa locamente’ sigue en este caso funcionando, con la ventaja de que las redes sociales hacen las veces de altavoz y facilitan la conexión entre los distintos grupos.
Todo apunta a que el 8M de este año será el más reivindicativo de los últimos tiempos. También en España. La lista de asociaciones de todo el país que se han unido al Paro Internacional es larga. Y según sus responsables, la calle está respondiendo. Sea por las protestas internacionales de los últimos meses, por la oleada de feminicidios de las últimas semanas o porque existe una mayor conciencia social en torno a las reivindicaciones de las mujeres, parece que se ha creado el caldo de cultivo para ello. “No sé qué fue primero si el huevo o la gallina, pero lo cierto es que este año está habiendo mucho más movimiento”, asegura María Álvarez, de la Comisión 8M de Madrid. “Está llegando hasta los institutos. A nuestras reuniones vienen chicas de 14 y 15 años. Hay un gran movimiento feminista de perfil joven”. En opinión de Patricia Ponce, de la ong vasca Haurralde Fundazioa, se debe a que “asistimos a una ofensiva conservadora y planetaria de regresión respecto a nuestros derechos como mujeres”.
Sus reivindicaciones son diversas (brecha salarial, techo de cristal, precarización del trabajo,….), aunque el asunto de la violencia machista es lógicamente prioritario. “Paramos, entre otras muchas cosas, porque las instituciones no dan respuesta a las demandas de las mujeres cuando exigen protección y no se garantizan los mecanismos de acceso a la justicia”, explica Lourdes Hernández, del Consejo de Mujeres de Madrid. “Si nos están asesinando y no nos hacen caso, está claro que ha llegado el momento de parar y reflexionar”, coincide la portavoz de la Comisión 8M.
El programa de movilizaciones planteado para mañana varía ligeramente en función de la comunidad autónoma o incluso de la ciudad, pero en todos los casos incluirá dos momentos principales: un paro a media mañana y movilizaciones por la tarde. Al paro laboral convocado a las 12 horas pueden sumarse mujeres y hombres que trabajen en empresas privadas, la administración o el hogar. “Todos los trabajadores que quieran hacer el paro de 12 a 13 horas [la mayoría de las convocatorias son de 12 a 12.30 horas] están cubiertos legalmente”, aclara Ana Río, responsable en Murcia de la organización de mujeres de la Intersindical. Eso en lo que respecta al ámbito laboral, porque el paro es en realidad triple: por un lado de trabajo, pero también de consumo y de cuidados. El objetivo es que las mujeres dejen de consumir y la labor de cuidadores en manos de los hombres durante toda la jornada. Por la tarde llegarán las manifestaciones, que están convocadas en las principales ciudades españolas.
¿Y por qué un paro y no una huelga como la planteada en Polonia? Para empezar, por una cuestión de tiempo. “Estaríamos hablando de una huelga general y a nivel estatal, y poner en marcha algo así no es fácil. Bastante ha costado negociar los servicios mínimos para el paro”, explica la portavoz de la Intersindical. Las mujeres de Huelga de Todas (Vaga de Totes), una plataforma nacida en Barcelona que agrupa a feministas de distintos ámbitos, experimentaron esas dificultades hace un par de años cuando intentaron organizar a una huelga a nivel regional para visibilizar ese trabajo invisible de cuidados que realizan las mujeres cotidianamente. “Fue imposible, nos encontramos con muchos problemas”, explica una de sus miembros, Beatriz Ruiz. Al final eligieron otras formas de protesta: encuentros en calles y plazas, pasacalles, manifestaciones, performances, etcétera.
Que en el caso del 8M también se haya optado por una opción más simbólica que otra cosa, no le resta, según las representantes de colectivos entrevistadas, valor. “No es un paro de media hora, es un proceso. Queremos que la gente reflexione, y creo que eso se está consiguiendo”, apunta María Álvarez. “No es una acción puntual”, coincide la representante de Haurralde Fundazioa. “Las mujeres de todo el mundo estamos demandando una vida con posibilidades de ser libre, segura y digna”.