Blanca Miñano, fundadora de Skinvity: “En el mundo del emprendimiento siempre encuentras gente que ha pasado por lo mismo que tú dispuesta a echarte una mano”
La marca, pionera de la tecnología cosmética en nuestro país, ha llegado a un acuerdo para entrar en El Corte Inglés
Una amiga que vivía en Shanghái le descubrió, durante un viaje, un dispositivo facial de luz que le pareció casi mágico. A partir de ese momento, Blanca Miñano comenzó a investigar sobre el beutytech, un mercado por entonces casi desconocido en Europa. Fascinada por las posibilidades de este tipo de dispositivos, Miñano dejó su carrera en el mundo de las finanzas (llevaba una década trabajando en organizaciones como el Banco Santander y Mutua Madrileña) para fundar Skinvity. La empresa ofrece dispositivos de tecnología cosmética que buscan reproducir en casa los resultados que se obtienen en la cabina de un centro de estética. En cuatro años la compañía ha conseguido posicionarse como uno de los referentes de este segmento en nuestro país y acaba de anunciar un acuerdo con El Corte Inglés, que ha empezado a comercializar sus primeros dispositivos de creación propia: la máscara facial de fototerapia Silicone Led Mask (su best seller) y el pantalón de presoterapia PressTech. El mercado internacional es su próximo gran objetivo.
¿Cómo surgió el proyecto de Skinvity?
Estaba de viaje con unas amigas y una de ellas, que vivía en Shanghái, llevaba un dispositivo de tecnología cosmética. Cuando lo sacó me quedé impresionada. Me sorprendió su calidad y su eficacia. Ahí empecé a investigar sobre la posibilidad de traer esa tecnología a España. Ese fabricante en concreto que me había llamado la atención no distribuía a la Unión Europea, pero descubrí que había otros dispositivos con un nivel de eficacia elevado y un precio razonablemente asequible que sí lo hacían. Así empezó esta aventura.
En ese momento pocos en España conocían este tipo de productos. ¿En qué situación está el mercado cuatro años después?
Cuando empecé a investigar vi que, en tecnología cosmética, Asia iba dos o tres pasos por delante de Europa. Aquí estamos en plena expansión. Hay pocos datos sobre este mercado, porque la mayor parte de estudios relacionados con cosmética no cubren la parte de tecnología cosmética, pero hay fuentes que prevén un crecimiento de en torno al 20% en los próximos años. En España estamos viendo un crecimiento fuerte y, además, cada día surgen marcas nuevas. Todavía caben muchos agentes más en este mercado.
Al principio distribuíais los productos de otros, pero habéis empezado a desarrollar los vuestros. ¿Por qué decidisteis dar este paso?
Empezamos haciendo distribución porque era lo más sencillo, pero llegó un punto en el que vimos que había huecos en la oferta de productos de uso en casa que podíamos ir progresivamente completando. El objetivo no era tanto repetir o mejorar algo que ya existiese, sino desarrollar cosas nuevas.
“Hace poco escuché que ser emprendedora es ser la eterna becaria, y pensé que es totalmente cierto. Siempre andas aprendiendo algo nuevo”.
Para hacerlo habéis tirado solo de fondos propios. ¿Qué ventajas tiene hacerlo así?
Te da muchísima independencia, aunque no es algo que todo el mundo pueda conseguir. Por mi background financiero, cuando empecé con Skinvity prioricé el cuidar los números y gestionar adecuadamente los recursos. Desde el principio puse el foco en que el proyecto fuera rentable y pudiera avanzar independientemente de la financiación. No sabía si la íbamos a necesitar en el camino, pero mi objetivo era ser independientes. Finalmente lo hemos conseguido, esta es una compañía autofinanciada al 100%.
¿Qué has aprendido en el viaje que te hubiera gustado saber antes de lanzarte a emprender?
Me hubiera gustado saber cosas distintas en cada momento. Hace poco escuché que ser emprendedora es ser la eterna becaria, y pensé que es totalmente cierto. Siempre andas aprendiendo algo nuevo. Por ejemplo, nuestro equipo ha crecido y ahora somos en torno a quince personas. Hemos tenido que empezar a generar procesos y a aprender a organizar adecuadamente la compañía para permitir un crecimiento sostenible. Se trata de que todo el mundo se acostumbre a trabajar de una forma y no tengamos que reinventar la rueda cada día. Eso es algo que estoy aprendiendo ahora. Pero también es verdad que en el mundo del emprendimiento hay mucha ayuda, siempre encuentras gente que ha pasado por lo mismo que tú dispuesta a echarte una mano y contarte su experiencia. En este sentido, a nosotros nos ayudó mucho haber estado ubicados en las instalaciones de Google. Durante dos años hemos tenido allí mucho acceso al ecosistema emprendedor y a gente que nos ha ido ayudando en cada etapa.
El año pasado duplicasteis facturación, hasta casi 1,5 millones de euros. ¿Qué previsiones tenéis para este año?
Hemos crecido x2 desde que empezamos el proyecto. Mantener ese ritmo a medida que vas creciendo es cada vez más complicado, pero estoy convencida de que este año estaremos al menos en un 50%-60% respecto al año pasado.
Desde fuera puede parecer que este tipo de dispositivos pueden ser muy caros. ¿En qué rango de precios os movéis?
Tenemos productos de todo tipo, pero el coste medio está en torno a los 300 euros. No creo que el precio esté siendo una dificultad. Primero, porque ofrecemos pago aplazado. Una de cada tres mujeres recurre al pago aplazado, lo que les permite financiar los dispositivos casi como si estuvieran comprando bonos para ir a una clínica, con la diferencia de que de esta forma tienen el dispositivo en casa. Nuestra clientela no es de clase alta, son personas que adquieren este tipo de productos bien como un complemento a lo que se hacen puntalmente en clínica, bien como un sustituto, porque les permite hacerse el tratamiento cuando quieran y, además, lo pueden prestar, que es algo muy frecuente.
¿Qué significa para la empresa que El Corte Inglés haya empezado a vender sus dispositivos?
La omnicanalidad es importante para el crecimiento de un proyecto como este. Desde el principio tuvimos claro que queríamos estar presentes en El Corte Inglés, por el alcance que tiene y lo que representa en términos de prestigio. Lo que no esperábamos era conseguirlo tan rápido. Ya estamos presentes en veintiún centros de El Corte Inglés y en su página web. También estamos en algún centro de estética en Madrid y Barcelona. Consideramos que en este momento ya tenemos España bastante cubierta, ahora lo que estamos intentando es acceder a distribuidores similares a El Corte Inglés fuera.
¿La expansión internacional es entonces la prioridad ahora?
Creemos que en Europa todavía hay espacio para crecer. Desde 2023 ofrecemos nuestros productos en muchos países europeos y tenemos bastante demanda, sobre todo, de Alemania, Francia, Portugal e Italia. Estamos trabajando para impulsar esta demanda y también para poder estar presentes físicamente en algunos puntos de venta.