El legado de Sheryl Sandberg

La ejecutiva, una de las mujeres más poderosas de Silicon Valley e icono del feminismo corporativo, abandona Facebook

Sheryl Sandberg. Foto: Krista Kennell/Shutterstock

Sheryl Sandberg deja Facebook. La mujer que ayudó a convertir lo que por entonces era una prometedora startup en una de las mayores empresas del mundo, se retirará el próximo otoño. El español Javier Oliván, un ejecutivo con catorce años de experiencia en la compañía que ha liderado equipos en diversas áreas de negocio, la sustituirá como director de operaciones de Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp.

“Catorce años después, es tiempo para el próximo gran capítulo de mi vida”, ha escrito Sandberg, en un comunicado publicado ayer en la red social. La directiva se unió a Facebook en 2008 y fue clave para convertir la empresa en un gigante de las redes sociales. En el camino se erigió en una de las mujeres más influyentes de Silicon Valley y en icono del feminismo corporativo a raíz de la publicación de Lean in (Vayamos adelante), una mezcla de memorias, manifiesto y guía con consejos para ayudar a las mujeres a progresar en el mundo de los negocios. El libro se convirtió en un éxito de ventas, disparó su popularidad y contribuyó a reabrir el debate sobre el papel de la mujer en las esferas de poder. Sus críticos, sin embargo, le reprochan haber hecho recaer sobre las mujeres la responsabilidad de prosperar, sin cuestionar el sistema que entorpece ese avance.

Durante años, Sheryl Sandberg ha sido el rostro más conocido de Facebook junto al fundador, Mark Zuckerberg, que la fichó, procedente de Google, con la misión de hacer crecer la empresa, un objetivo que ha cumplido con creces: en la actualidad Meta tiene más de mil millones de usuarios e ingresó casi 120.000 millones de dólares el año pasado. Mientras Zuckerberg se centraba en el desarrollo de productos, Sandberg se encargaba de supervisar las operaciones, los aspectos comerciales y las relaciones institucionales de la compañía. Ella es una de las principales responsables del actual modelo publicitario de Facebook, la principal fuente de ingresos de la compañía, que generó 27.000 millones de dólares en ventas en el primer trimestre del año.

Pero su gestión también se ha visto empañada por los escándalos en los que se ha visto inmersa la empresa a lo largo de estos años, desde su papel en las elecciones estadounidenses de 2016 a los problemas de privacidad, las infracciones antimonopolio o la falta de control en los contenidos. Recientemente su nombre volvió a los medios a raíz de una investigación sobre si usó su posición en Meta para presionar a un medio británico para acallar las acusaciones de acoso contra su entonces pareja, Bobby Kottick, dueño de la empresa de videojuegos Activision Blizzard.

Lo que es cierto que las apariciones públicas de Sandberg en nombre de la empresa se habían reducido mucho en los últimos años, al tiempo que Zuckerberg asumía más protagonismo y reorganizaba la actividad de la red social para dirigirla hacia el metaverso. También se centró más en su vida personal. Su marido, Dave Goldberg, murió inesperadamente en 2015. Tras su relación con Kottick, rehízo su vida con Tom Bernthal, un productor de televisión.

Sheryl Sandberg en el Foro Económico Mundial de Davos en 2011. Foto: Wikimedia Commons.
Sheryl Sandberg en el Foro Económico Mundial de Davos en 2011. Foto: Wikimedia Commons.

Licenciada por Harvard, Sandberg empezó a trabajar con el economista Lawrence Summers, primero en el Banco Mundial y luego en el departamento del Tesoro durante la administración Clinton. En 2001 se incorporó a Google, donde, como haría después en Facebook, ayudó a convertir su incipiente negocio de anuncios en un negocio multimillonario.

El futuro de Sheryl Sandberg está, a sus 52 años, en el aire. Sus planes más inmediatos pasan por casarse este verano y pasar más tiempo con sus hijos. También seguirá formando parte del consejo de administración de Meta. Además, proyecta trabajar en la defensa de los problemas de la mujer, a través de su fundación Lean In, y a las actividades filantrópicas.

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