La igualdad de género, ¿más lejos tras la pandemia?
La ralentización de la economía incrementa el riesgo de que este objetivo pierda prioridad en la agenda de los estados y las empresas

Desde la Fundación Europea para la mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo recuerdan que, a pesar de la los esfuerzos realizados para atajar la desigualdad de género en el mercado laboral, la evolución sigue siendo lenta. Y en la actual situación, esa evolución, podría además ralentizarse aún más.
Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo señala que la recesión económica producida por el COVID-19 probablemente golpeará más a las mujeres que trabajan en sectores en los que las empresas y el empleo están más amenazados, como el alojamiento y la restauración; las actividades inmobiliarias, comerciales y administrativas; la fabricación, y el comercio. También indica que, durante la pandemia, muchas mujeres con ocupaciones informales o trabajos poco regulados han continuado trabajando poniendo su salud en peligro porque, en su situación, contar con las medidas de higiene, el autoaislamiento y el uso de máscaras u otros equipos de protección personal no eran opciones realistas. Algo que también afecta a las condiciones de las mujeres que trabajan en los servicios esenciales, como la salud y el trabajo social (donde representan el 70% de las platillas) y también a las que se dedican a las tareas domésticas, que han visto multiplicado el tiempo que tenían que dedicar a ocuparse de los menores y las personas dependientes, por el cierre de escuelas y guarderías y la reducción de los servicios públicos de cuidados. Sin olvidar que, con el confinamiento, la incidencia de la violencia de género ha aumentado.
De todo ello se habló durante la reciente presentación de la primera edición del Observatorio Adecco de Igualdad, impulsado por Adecco Group Institute. En España estamos lejos de conseguir una igualdad efectiva, señala el informe. El 58% del paro registrado corresponde a las mujeres, y la diferencia salarial media entre hombres y mujeres es de 5.941 euros al año. La presencia de la mujer en los órganos de dirección de las empresas está por encima del 25% exclusivamente en las áreas de recursos humanos y financiera. En julio de 2019, en España las mujeres solo ocupaban el 23% de los asientos de los consejos de administración, lejos aún del objetivo del 30% establecido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores para este año.
El mercado laboral actual se conforma por un 51% de mujeres y un 49% de hombres. Sin embargo, solo el 19% de los proyectos de emprendimiento son abordados por ellas, frente al 81% que realizan los hombres. El 62% de las mujeres ponen en marcha sus proyectos en solitario, frente a solo al 26% de los hombres, que suelen acompañarse de otros socios.
En materia de educación, las mujeres obtienen mejores resultados en la universidad, pero luego acceden a puestos de trabajo menos estables. Más de la mitad de los estudiantes universitarios son mujeres (55%) y solo el 46% tiene un contrato indefinido a los cuatro años de graduarse, frente al 60% de los hombres.
El Observatorio Adecco de Igualdad se ha elaborado a partir de una encuesta realizada a más de 20.000 empresas de España. Y aunque los datos son los que son, muchas de esas compañías están anticipando la implantación de los planes de igualdad: el 47% afirma tener ya un plan de igualdad; el 9% está en fase de negociación y el 25% en fase de diagnóstico previo. Sobre el impulso de la corresponsabilidad, antes de la pandemia, en el 68% de las empresas existían sistemas de flexibilidad horaria, en el 21% programas de teletrabajo y solo en 1 de cada 10 existía un plan de promoción de la corresponsabilidad en las cargas familiares. Por otra parte, en un 56% de las empresas los planes de carrera contemplan la posibilidad de periodos de ausencia por causas familiares como permisos o excedencias por razones de filiación. Pero cuando se pregunta a las empresas por el porcentaje de hombres que han pedido reducción de jornada por cuidado de hijos o familiares, sigue siendo inferior al 5% en el 81% de las empresas, e inferior al 25% -si se amplía el rango- en el 97% de las mismas.