El Museo del Prado reúne las obras más importantes de dos pintoras olvidadas por la historia
Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana fueron dos artistas fundamentales del Renacimiento

Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana fueron dos de las artistas más importantes del Renacimiento europeo. Pese ser mujeres en una época en la que, por lo general, eso cerraba las puertas del mundo del arte, gozaron de notoriedad y del reconocimiento de sus coetáneos, aunque tras su muerte, cayeron, como tantas otras, en el olvido. Ahora el Prado las recupera en una exposición titulada Historia de dos pintoras.
La muestra, que se podrá visitar hasta el 2 de febrero, es, tras la dedicada a Clara Peeters, la segunda exclusivamente femenina que hace el museo en sus dos siglos de vida. Arranca con un recorrido biográfico por la vida de las dos artistas a partir sus autorretratos, sigue con sus retratos de la corte y sus pinturas de otras temáticas, y acaba con una serie de objetos que dan cuenta de la fama que llegaron a alcanzar. En total incluye 65 obras procedentes de una veintena de colecciones de Europa y Estados Unidos.
Tanto Anguissola como Fontana nacieron en Italia, aunque no se tienen registros de que sus caminos llegasen a cruzarse. Sofinisba Anguissola se especializó principalmente en el retrato y el autorretrato. Durante más de una década trabajó en la corte española de Felipe II, primero como dama de Isabel de Valois y, tras la muerte de la reina, como tutora de las infantas. Por su parte Lavinia Fontana también fue pintora en la corte, pero en la del papa Clemente VIII, y llegó incluso a ser su retratista oficial. Además, tuvo taller propio.

Sus orígenes familiares eran distintos, aunque en ambos casos la figura paterna fue fundamental y condicionó sus carreras. En el siglo XVI eran pocas las mujeres que llegaban a la cumbre en el terreno artístico, y las pocas que podían formarse como pintoras eran las que provenían de familias nobles (el caso de Anguissola) o eran hijas de pintores (el caso de Fontana).

En cuanto a la temática de su obra, la producción de Fontana fue amplia y variada. Además de al retrato se dedicó a la pintura religiosa para iglesias y oratorios privados e hizo varios cuadros de género mitológico. Por su parte, Anguissola era conocida por prestar una minuciosa atención a los detalles. Sus retratos dan muestra de una dedicación y delicadeza alcanzada por muy pocos artistas.



