El Museo del Prado rinde homenaje a su fundadora, Isabel de Braganza
La segunda esposa de Fernando VII utilizó su influencia y destinó parte de su patrimonio personal a la adquisición y colección de las obras que formarían el núcleo inicial de la pinacoteca

El Museo del Prado ha inaugurado un nuevo espacio que reconoce la figura de María Isabel de Braganza, reina consorte de España y promotora del Real Museo de Pinturas y Esculturas, germen de la actual pinacoteca. A partir de ahora, la sala 54 se convierte en un lugar para poner en valor el papel de la reina como protectora de las artes y visionaria en la creación del Prado, proyecto al que dedicó parte de su patrimonio personal. Este homenaje se materializa en un discurso museográfico que reúne dos retratos históricos de la reina, realizados por artistas de la corte, y que reflejan la construcción de su imagen regia entre tradición y modernidad.
María Isabel de Braganza (Queluz, 1797 – Aranjuez, 1818), infanta de Portugal y reina consorte de España, fue una figura clave en la historia cultural del país. Académica de Bellas Artes y apasionada por la pintura, impulsó la creación del Real Museo de Pinturas y Esculturas, hoy Museo del Prado, aunque no llegó a ver su apertura en 1819 debido a su prematura muerte por parto, acaecida un año antes.
El proyecto museográfico destaca la visión de la reina como fundadora y mecenas, ofreciendo al visitante una interpretación contemporánea de su papel en la institución. La sala exhibe dos retratos significativos: uno pintado inmediatamente antes de su boda con Fernando VII en 1816 y que sigue los modelos de retrato de tipo imperio impuestos por Josefina Bonaparte – busto, vestido rojo y collar de perlas- y que a su vez serviría como modelo al retrato realizado por Bernardo López que puede contemplarse en la sala 101 de Museo; y otro póstumo, realizado en 1827 como matrona romana, reproduciendo modelos derivados de la antigüedad clásica (Agripina, Olimpia o Musas) pero matizados por la mirada de artistas neoclásicos como Canova o Thorwaldsen. Estas obras, idealizadas y simbólicas, reflejan la construcción de una memoria institucional que combina tradición y modernidad.
María Isabel de Braganza fue hija del rey Juan VI de Portugal y de Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII. María Isabel se casó con su tío en 1816. Fue pintora aficionada y académica de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Un artículo del 3 de marzo de 1818 en la Gaceta de Madrid revelaba la contribución de la reina a la reforma del edificio proyectado por Juan de Villanueva en el Paseo del Prado, que entonces amenazaba ruina, para dedicarlo a ''galería de las nobles artes'', función que el museo sigue cumpliendo hoy en día. Varios elogios fúnebres y una anotación de Pedro de Madrazo en su Catálogo de los cuadros del Real Museo, publicado en 1854, se refieren a su papel como impulsora de la fundación del museo, que abrió sus puertas casi un año después de su muerte.
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