‘Showmancing’, lo que esconde nuestra necesidad de mostrar al mundo lo felices que somos con nuestra pareja
Esta tendencia plantea interrogantes sobre la autenticidad de lo que vemos en internet y la presión que sentimos para proyectar una imagen online perfecta
¿Estás harta de entrar en Instagram o Tik Tok y ver tu feed plagado de fotos y vídeos de parejas extremadamente felices? Ni estás sola, ni es que todos a tu alrededor sean más felices que tú. La costumbre que tienen muchas parejas de presumir de su intimidad en redes es una tendencia y tiene nombre: showmancing.
Esta expresión, un juego de palabras entre show y romance, empezó a utilizarse hace años para hacer referencia a los romances que surgen entre dos famosos a raíz de su participación en una serie, una película o un programa de televisión. Sin embargo, ahora se utiliza para describir a las personas anónimas que sienten la constante necesidad de compartir su historia de amor con el mundo. Por supuesto, nunca se cae en el showmancing para hablar de sus problemas, sino para mostrar lo felices que son en pareja y lo idílico de su existencia en general.
La aparición de las redes sociales a principios de este siglo ha transformado radicalmente la forma en que nos comunicamos, interactuamos y compartimos información. También nuestro concepto de la intimidad. Ahora vemos normal compartir la propia imagen, pero también las novedades de nuestra vida y los momentos de ocio. Y, por supuesto, también la vida en pareja. Según una encuesta llevada a cabo por la empresa de impresión fotográfica Cheerz, al 55% de mujeres y hombres de nuestro país les encanta sacarse fotos con su media naranja. La cifra se dispara al 71% en el caso de las mujeres menores de 30 años.
Exhibir públicamente nuestra intimidad en pareja hubiera sido algo impensable para la mayoría de la gente hace unos años, pero hoy se ve como una forma de compartir nuestro amor y felicidad con el mundo. El problema llega cuando la exhibición de intimidad se convierte en una necesidad. Los motivos, explica la psicóloga Silvia Sanz, pueden ser variados: “Desde la necesidad de sentirse validados por los demás hasta obtener otro tipo de beneficios que nada tienen que ver con el amor, ni propio ni ajeno. Se trata más bien de lograr la atención de otros para conseguir seguidores, fama, visibilidad o por intereses económicos”.
El showmancing plantea también preguntas sobre la autenticidad de lo que vemos en internet y la presión que sentimos para proyectar una imagen online siempre perfecta. Como suele suceder cuando hablamos de redes, no es oro todo lo que reluce. “Puede acarrear una sensación de irrealidad y falsedad en la propia vida, produciendo un vacío y una distorsión entre lo que se vive y se muestra”, asegura Sanz.
Además, este tipo de contenido tiene también un impacto en quien lo recibe. “Visualizar constantemente en las redes lo fantástico que son los demás puede generar que personas que no sean maduras emocionalmente tiendan a compararse con este contenido irreal de ‘felicidad’, provocando que se infravaloren”.
La psicóloga nos anima a recordar que lo que vemos en las redes no es necesariamente la realidad de una relación, sino la imagen que alguien decide proyectar de cara a la galería. Nadie sabe lo que pasa en una pareja de puertas para adentro. Es importante recordar que todos tenemos días buenos y malos, que no somos felices el 100% del tiempo y que no por ello somos menos válidos. Al contrario, reconocer esto, asegura Sanz, nos convierte en “seres auténticos”.