La muy íntima relación entre sexo y música
El 60% de las personas opina que la música influye en el estado de ánimo y el 29% cree que realmente puede mejorar la experiencia sexual

Tanto la música como el sexo son capaces de provocar fuertes emociones y una respuesta primaria de nuestro cuerpo. Es evidente que la música adecuada puede ayudarnos a crear ambiente propicio, pero más allá de eso, ¿puede aumentar la excitación y el rendimiento en la cama? Según Valérie Tasso, sexóloga y embajadora de la firma de juguetería erótica y bienestar sexual Lelo, “sabemos que la música con determinados ritmos desencadena respuestas fisiológicas muy concretas, por ejemplo, en el ritmo cardíaco y la respiración”. Una teoría reciente desarrollada en la Universidad Northwestern de Chicago va más lejos y sugiere que la clave del orgasmo es el ritmo. Su hipótesis es que el clímax es una especie de trance y que tiene que ver con la sincronización rítmica.
En concreto propone que la estimulación rítmica podría mejorar las oscilaciones neuronales en las frecuencias correspondientes, algo así como empujar a alguien en un columpio. A través de este proceso, llamado arrastre neuronal, y siempre que la estimulación sexual sea lo suficientemente intensa y dure lo suficiente, la actividad sincronizada podría extenderse por todo el cerebro. La suposición es que esto provoca una atención tan intensamente enfocada que la actividad sexual supera la autoconciencia, produciendo así un estado de absorción sensorial. Esto puede ser crucial para permitir una experiencia lo suficientemente intensa para desencadenar los mecanismos del clímax.
Su conclusión es que centrarse en los aspectos rítmicos de la sexualidad podría ser una buena idea. Esto, por supuesto, incluye la música, preferiblemente a 119 BPM, que otras investigaciones señala como el más sensual de todos los tempos. De acuerdo con una encuesta realizada en España por Lelo, el 60% de las personas opina que la música influye en el estado de ánimo y el 29% cree que realmente puede mejorar la experiencia sexual. Eso sí, también hay quien prefiere parar la lista de reproducción al llegar el momento clave: el 42% considera que la música distrae y, por tanto, no contribuye a la experiencia.
Sea como fuere, puede ayudarnos a ponernos a tono. Casi la mitad de los encuestados (45%) prefieren la música a los aceites de masaje en los preliminares y el mismo porcentaje opina que las personas que escuchan música en compañía (en un concierto o a través de una aplicación en casa) tienen más probabilidades de acabar en la cama. Y es que, como recordó Valerie Tassó en la presentación de la última novedad de la marca, “el orgasmo no es solo una explosión de placer, es el recorrido que hemos seguido hasta llegar a él, aunque la gente solo vea la meta”.
Lelo acaba de presentar una nueva versión de Siri, un masajeador de clítoris capaza de vibrar al ritmo de la música. Además de sus diez ajustes de intensidad, el juguete ofrece un modo de vibración que responde al sonido que puede ser activado por la música, la voz de la pareja o los propios suspiros. Para demostrar sus posibilidades, la marca organizó una sesión musical a cargo de Toccororo, una de las artistas emergentes de la electrónica nacional.
