Ser flexible con el destino y las fechas

La flexibilidad es otro de los puntos clave a la hora de hacer un viaje barato. Ir a un destino que no esté de moda o sea menos conocido puede hacerte ahorrar bastante, no solo en el transporte sino también en hoteles y otros gastos. Lo mismo sucede con las fechas, si dispones de cierta flexibilidad en los días de salida y llegada, seguro que podrás encontrar ofertas.

Elegir bien los vuelos

El avión puede ser uno de los gastos más importantes de todo el viaje, así que elegir bien el vuelo es clave. Para buscar una buena oferta conviene usar comparadores como Skyscanner, que no solo te muestran las diferentes opciones en cuanto a las compañías aéreas, también indican a través de que web sale más económico comprar los billetes. Adquirirlos con antelación también puede influir a la hora de que los precios sean más bajos. También los vuelos con escala suelen ser algo más baratos y comprar la ida y la vuelta en diferentes compañías aéreas abarata en ocasiones el precio final. Hay webs como Lastminute o Edreams que a veces ofrecen paquetes de vuelo + hotel que al comprarse conjuntamente permiten ahorrar unos cuantos euros. Pero lo mejor que puedes hacer es comparar precios y hacer varias búsquedas. También puede ser recomendable utilizar técnicas como borrar las cookies del navegador antes de hacer la búsqueda o usar el modo incógnito o una vpn.

Viajar ligero de equipaje

Las compañías aéreas cobran por todos los extras y facturar una maleta es uno de ellos. Por eso, intenta llevar la menor cantidad de cosas posible para que entre en una maleta de mano. En cuanto a esos extras, la comida a bordo o elegir el asiento también puede encarecer tu viaje, así que, si quieres ahorrar, lleva tu propia comida y deja que el sistema te asigne un asiento gratuito.

Alojamientos compartidos, alejados del centro y con cocina

Al igual que con los vuelos, si reservas los alojamientos con antelación es posible encontrar mejores precios. En Booking puedes filtrar la búsqueda según tus preferencias, y si escoges hoteles sin cancelación gratuita puedes encontrar buenas ofertas (aunque conlleva su riesgo). Pero si de verdad quieres ahorrar conviene huir de los hoteles convencionales. Los hostels con habitaciones compartidas suelen ser mucho más económicos. En webs como Airbnb también ofrecen la opción de alquilar una habitación en vez del alojamiento entero. Incluso hay opciones gratis como Couchsurfing, una plataforma en la que puedes reservar un sofá o incluso una habitación en casa de alguien que ofrece su hogar como hospedaje gratuito. Además, webs como Homeforhome te permiten intercambiar tu casa con la de otra persona en otra parte del mundo de forma gratuita. Otra de las claves es que el alojamiento en cuestión tenga cocina, pues de este modo podrás preparar alguna de las comidas con lo que compres en un supermercado local. Eso sí, lo que abaratará cualquier alojamiento es alejarte del centro lo más posible. Y si quieres ahorrarte una noche de hotel puedes viajar de noche en tren, autobús o avión y aprovechar para dormir a bordo.

Ojo con los cambios de divisa

Si viajas a un país en el que haya que cambiar de moneda conviene que te informes de las comisiones. Por lo general, el aeropuerto es el lugar más caro para cambiar dinero y lo que suele salir más económico es sacar dinero en un cajero automático o pagar directamente con tarjeta. Pero ojo, aquí no solo se aplica la comisión del cajero en cuestión, es posible que tu banco aplique alguna, por lo que te recomendamos que preguntes. Hay bancos como N26 que no cobran por retirar efectivo ni comisiones por la conversión de otra moneda.

Recorrer la ciudad a pie o en trasporte público

No hay mejor forma de conocer una ciudad, además de ser la más barata, que pateársela. Si las distancias son muy largas o estás cansado de caminar, lo más conveniente es recurrir al transporte público. Para ahorrar a la hora de usar el metro, autobús o cualquier transporte público lo mejor suele ser comprar un abono o billetes de varios viajes.

Visitas gratuitas o muy baratas

Las excursiones o visitas guiadas suelen encarecer los viajes, así que buscar los freetours que ofrezcan en la zona son una forma estupenda de empaparse del lugar que estás visitando. La mayoría de ciudades europeas cuentan ya con este tipo de tours gratuitos organizados por guías locales que ofrecen su sabiduría sin fijar un precio. En función de lo que te haya gustado la visita puedes dejarles una propina. Además, hay algunos museos que pueden visitarse de manera gratuita algún día a la semana, infórmate y aprovéchalo.

Desconecta los datos del móvil

Aunque por Europa ya es posible usar tu tarifa de datos sin cargos extra, si viajas a otros continentes la cosa cambia. Si quieres hacer uso de internet sin gastar dinero lo mejor suele ser usar el wifi de tu alojamiento o de algunos establecimientos que lo ofrecen gratis. Pero si vas a usarlo bastante durante tu estancia, lo mejor es comprar una tarjeta SIM con datos en el país en el que estés o hacerte con una antes del viaje como las que venden en Holafly.

Contratar un seguro médico

Si viajas por Europa, estarás cubierto con la tarjeta sanitaria europea, pero hay otros muchos países en los que la atención médica es carísima. Y aunque lo más probable es que no tengas que hacer uso de él, conviene llevar un seguro médico internacional ante posibles imprevistos. Este gasto puede evitarse si ya tienes un seguro médico privado. En ese caso, llama a tu compañía e infórmate de la cobertura que te da en el extranjero.