El origen del ‘little black dress’, el vestido más icónico (y versátil) de la historia
Si bien ha evolucionado década tras década, nunca ha dejado de estar presente en nuestros armarios
Hoy se celebra el Día mundial del vestido, y para rendir homenaje a esta legendaria prenda femenina vamos a contarte el origen de uno de esos vestidos que nunca pasan de moda: el socorrido vestidito negro. Little black dress, petite robe noir... Da igual el nombre por el que le conozcas, es una de las prendas más versátiles que existen.
Fue Coco Chanel la primera en darse cuenta de su potencial. Hasta los años Veinte del siglo pasado, el negro no se consideraba un color apropiado para las mujeres a no ser que estuvieran de luto. Era el color usado para los uniformes de las empleadas del hogar (ya que era fácil de lavar y disimulaba las manchas), pero las mujeres de alta sociedad vestían colores más claros o pastel (más difíciles de conseguir y más caros de mantener). Pero Coco Chanel desafío las normas sociales de la época y acudió al teatro con uno de sus últimos diseños: un vestido negro por debajo de la rodilla. La diseñadora popularizó este tipo de vestido. En el número de octubre de 1926 de Vogue USA apareció por primera vez un boceto de un little black dress firmado por ella que la revista calificó como “el Ford de la moda”, considerándola una prenda que todas las mujeres querrían tener.
Y así fue. Hoy en día el little black dress es uno de los básicos femeninos por excelencia. Aunque si alguien los convirtió en un icono de elegancia fue Audrey Hepburn o, más concretamente, Holly Golightly, su personaje en Desayuno con diamantes. El responsable de este diseño, en satén negro y con falda tubo hasta los pies, fue Hubert de Givenchy, que consiguió aunar elegancia y sencillez convirtiendo a este vestido en un icono de la moda y de la historia del cine. Una de las tres versiones de este mítico traje que se usaron en la película llegó a ser subastado hace unos años por 700.000 euros.
Avanzamos hasta los Noventa, una época en la que está prenda vivió un boom. Diseñadores de la talla de Hervé Leger, Christian Dior o Gianni Versace se lanzaron entonces a reinventarlo. Versace creó dos que han pasado a la historia: el diseño con detalles dorados plagado de cadenas y cinturones que su hermana Donatella llevó a la gala del MET de 1993, y el que Elizabeth Hurley llevó a la première de Cuatro bodas y un funeral en 1994, un mini vestido negro con imperdibles dorados.
También es muy recordado el revenge dress (vestido de la venganza) diseñado por Christina Stambolian que Lady Di llevó a una fiesta de Vanity Fair tras conocerse el romance del príncipe Carlos con Camilla Parker.
En la actualidad, este vestido que marcó un antes y un después en la historia de la moda se ha convertido en un básico en el armario de muchas mujeres. Porque como bien dijo Christian Dior, “puedes llevar negro a cualquier hora del día o de la noche, a cualquier edad y en cualquier ocasión. Un vestido negro es la cosa más esencial en el armario de una mujer”.
