El tampón, ese invento moderno que viene del Antiguo Egipto
Hasta que un médico patentó la versión actual, las mujeres usaban lo que tenían más a mano para contener el flujo menstrual
Ya en el Antiguo Egipto, hace 3.500 años, las mujeres de clases altas usaban una suerte de tampones —cabe suponer que mucho menos cómodos que los actuales—fabricados con papiros enrollados. Hipócrates también dejó constancia de que en la antigua Grecia, entre el 500 y el 400 a.C., las mujeres contenían su flujo menstrual con unos dispositivos hechos de gasa de hilo enrollado a un trozo de madera ligera. En el resto del mundo, las mujeres improvisaban con lo que tenían más o mano: lana en Roma, papel en Japón, fibras vegetales en Indonesia, etcétera.
Pero fue un varón el que inventó el tampón actual. El responsable fue en 1929, el médico estadounidense Earle Haas, que tuvo la idea después de que una amiga le contara que se introducía en la vagina una esponja para absorber la sangre menstrual.
Para evitar que su esposa y el resto de mujeres tuvieran que recurrir a apaños semejantes o se vieran sometidas a la incomodidad de las aparatosas compresas y paños de algodón de la época, desarrolló un cilindro comprimido de algodón y rayón muy absorbente, con un hilo en un extremo para recuperarlo y un aplicador de cartón. Es decir, algo muy similar a lo que usamos en la actualidad. En 1931 Haas registró el invento y la marca Tampax, que creó para comercializarlo.
Dos años más tarde vendió, por solo 32.000 dólares, la patente y la marca a Gertrude Tendrich, una mujer de negocios de origen alemán. Ella misma comenzó a fabricar los tampones en su casa utilizando una máquina de coser y la máquina de compresión del doctor Haas. Pero en 1936 tuvo que vender la empresa porque no podía hacer frente a los gastos. Entonces la adquirió Ellery Mann, que fundó Tampax Inc (P&G compró la compañía en 1997) y lanzó una campaña de publicidad para dar a conocer el producto en todo Estados Unidos.
Porque si nos parece que todavía existen prejuicios en torno a la menstruación, imaginémonos en los años treinta del siglo pasado. Para empezar, mucha gente veía el acto de introducirse el tampón en la vagina como algo sexual. Al principio los medios mostraron cierto recelo a la hora de publicar anuncios sobre higiene femenina, pero para principios de los cuarenta su uso ya se había normalizado y los tampones ya se vendían en más de cien países.
Eso sí, la publicidad en televisión de productos relacionados con la menstruación estuvo prohibida en Estados Unidos hasta ¡1972! En 1985, Courtney Cox protagonizó el primer anuncio en el que se dice la palabra periodo y hace solo unos meses Bodyform causó revuelo con un anuncio que mostraba cosas tan normales como los dolores menstruales o la sangre.
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Política de cookiesVer en youtube.comEn la actualidad, cuatro de cada diez mujeres en España usa tampones. Hay cantidad de marcas y con precios muy diferentes (la diferencia puede ser de hasta un 185%, según Facua), aunque todas están sujetas a un IVA del 10% y no del 4% como corresponde a los productos de primera necesidad.
Hace tres años, P&G y otros fabricantes se vieron obligados por la presión de las consumidoras a raíz de algún caso de muerte por síndrome de shock tóxico (una enfermedad poco frecuente relacionada estadísticamente con el uso de tampones, aunque también se da en mujeres que no los utilizan) a desvelar por primera vez la lista de componentes con los que se fabrican, a saber: rayón, algodón, perfume y poliéster.