Todas las vidas de la 'chaqueta Napoleón’, que vuelve (otra vez) a estar de moda
Las pasarelas y las alfombras rojas ya adelantan el regreso de la guerrera, en versiones más urbanas y sutiles

Sea porque la añoranza por todo lo relacionado con los 2000 sigue muy viva o porque sea cierta esa teoría de que, en el mundo de la moda, las tendencias siguen un ciclo de veinte años, todo apunta a que la chaqueta estilo Napoleón está de vuelta. Hablamos de esa chaqueta de hombros marcados, silueta entallada y vistosa ornamentación, con botones dorados o alamares, que se puso de moda a principios de siglo, aunque ese no fuera, ni mucho menos, su primer momento de gloria.
Los orígenes de la prenda se remontan a principios del siglo XIX, a los uniformes de la era napoleónica y las guerreras de los ejércitos europeos. Durante las guerras napoleónicas, los uniformes no eran solo ropa, eran también un símbolo de estatus y una forma de demostrar el poderío del ejército. La forma de evidenciar eso ha cambiado mucho con el tiempo: poco tienen que ver la elaborada vestimenta de esa época con, por ejemplo, los sobrios uniformes producidos por Hugo Boss para los nazis. También en este ámbito ha habido siempre tendencias, y es que a lo largo de la historia, la moda militar se ha visto influenciando por la civil y viceversa. Esa influencia dura hasta hoy. Por ejemplo, los botones que todavía perduran en los puños de la americana, y que hoy en día no sirven para mucho, tenían en su momento sentido: permitían a los soldados remangarse y trabajar más cómodamente.
Más allá de los ‘préstamos’ entre moda civil y militar, fueron los artistas musicales los que se reapropiaron, en la segunda mitad del siglo XX, de la guerrera y la resignificaron. Los Beatles fueron, como en tantas cosas, los primeros en sacarla de los cuarteles para ponerla sobre el escenario. Todos recordamos la icónica portada de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, diseñada por Peter Blake, figura clave del Pop Art británico, y una de las carátulas más influyentes de la historia de la música. En 1967, después de una agotadora y accidentada gira durante la que se plantearon incluso la separación, los cuatro de Liverpool se tomaron unas largas vacaciones. Cuando volvieron al estudio para grabar su octavo disco de estudio se les ocurrió la idea de crear una banda militar ficticia, Sgt. Pepper, que funcionara como alter ego.

Los psicodélicos uniformes que los Beatles lucieron en esa época se inspiraban en los usados por los oficiales eduardianos, eso sí, en versión psicodélica. Los diseños usaban colores vibrantes y estaban adornados con una variedad de insignias, parches y medallas del ejército británico mezcladas sin mucho sentido. “Si hubieran sido soldados de verdad, habría sido increíblemente confuso averiguar si debían a saludarte o debías saludarlos”, explica un artículo publicado en la web del National Army Museum.
La idea de utilizar uniformes no surgió de la nada. En los sesenta, los jóvenes habían empezado a apropiarse de los símbolos culturales y estilísticos del pasado para darles un nuevo sentido; otra forma de rebelarse contra la tradición. La imaginería del ejército, un pilar de la autoridad y la masculinidad tradicional, resultaron en este sentido una mina. Los Beatles no fueron los únicos en combinar motivos militares con elementos de la cultura pop. Eric Clapton, Mick Jagger o Jimi Hendrix (quien, por cierto, pasó un tiempo en el ejército) también vistieron en esa época abrigos militares o uniformes de húsares antiguos.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de The Zoomerist (@zoomerist)
Otra estrella que entendió bien el poder de los símbolos fue Michael Jackson. Las chaquetas militares fascinaban tanto al 'Rey del Pop' que terminaron por convertirse en una de sus señas de identidad sobre el escenario. En los ochenta y los noventa lució en sus actuaciones y giras decenas de ellas en distintos colores: rojo, blanco, negro...
View this post on InstagramA post shared by King of Style (@mjkosofficial)
Ya en el nuevo siglo, bandas como The Libertines o My Chemical Romance rescataron la guerrera de inspiración napoleónica para integrarla en su imagen. Firmas como Alexander McQueen o Balmain también convirtieron en esta prenda uno de sus emblemas.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Rushka Bergman (@rushkabergman)
Pero nadie contribuyó tanto a la popularización de las chaquetas militares como Kate Moss. La icónica de modelo en Glastonbury en 2005, con chaqueta napoleónica combinada con minishorts, medias negras y sombrero, es todavía un clásico de Pinterest.
View this post on InstagramA post shared by Indie Sleaze (@indiesleaze)
Aquí en España, La Condesa, la firma creada por Marina Conde, se hizo famosa por sus chaquetas de inspiración militar con diseños propios y fabricadas en España.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de La Condesa (@lacondesaconde)
Dos décadas después, las pasarelas y las alfombras rojas ya adelantan el regreso de la guerrera, en versiones, quizá, más urbanas y sutiles. Cate Blanchett llevó, durante el último desfile de Armani en la Semana de la Moda de Milán, un elegante blazer negro con ribetes dorados y una silueta (grandes hombres, talle ajustado) claramente inspirada en estos diseños.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Cate Blanchett 🪄 (@cate.eblanchett)
Jenna Ortega, con chaleco militar, minifalda de denim y tacones de Louboutin, en el desfile de primavera 2026 de Dior (la protagonista de Miércoles es la nueva embajadora de Dior Beauty), es otro ejemplo.
View this post on InstagramA post shared by christina 💕| jenna ortega fan acc (@jennamortegaa)
Las capas y las chaquetas de militares también han sido una de las claves de la esperada primera colección de Jonathan Anderson para Dior. Matthieu Blazy incluyó, asimismo, detalles de inspiración militar en su debut para Chanel y otras firmas como Ann Demeulemeeste, McQueen, Balmain o Isabel Marant también han presentado nuevos diseños en esta línea. La guerrera con hombreras y galones parece estar de vuelta.



