Laura Baena (Club de Malasmadres): “Somos una generación de madres agotadas al borde del colapso”
La Asociación Yo No Renuncio del Club de Malasmadres ha presentado su estudio ‘El peso invisible de la maternidad’

Insomnio, ansiedad, soledad, renuncia a oportunidades laborales… Lo dice la realidad y lo ha confirmado el último informe del Club de Malasmadres, titulado El peso invisible de la maternidad. A día de hoy, la conciliación sigue siendo una asignatura pendiente y las madres continúan pagando un alto coste personal, profesional y emocional por sostener los cuidados.
El 86% de las mujeres que conviven en pareja asume la principal responsabilidad de la organización familiar y la carga mental, un trabajo que implica planificación constante, atención continua y desgaste emocional. “Es un peso invisible, que no se ve, y a menudo no somos conscientes de que lo estamos soportando”, indicó Laura Baena, presidenta del Club de Malasmadres, durante la presentación del informe. “Somos una generación de madres agotadas al borde del colapso”.
Según los resultados de la encuesta, realizada a partir de más de 20.000 respuestas, tres de cada cuatro mujeres dicen haber visto afectada su salud física o mental, bien sea de forma moderada o grave. Entre otras cosas, un 51% presenta síntomas de cansancio y malestar frecuentes y un 22% ha experimentado ansiedad, depresión o problemas físicos. El 14% ha tenido que parar informalmente (días sin sueldo o vacaciones) y un 12% ha requerido una baja médica.
En el ámbito laboral, el 82% de las madres ha tenido que tomar decisiones que afectaron a su carrera profesional, como reducir jornada, rechazar ascensos, cambiar de empleo o abandonar su trabajo. Además, más de la mitad de las mujeres (54%) reconoce haberse sentido juzgada en el entorno laboral tras ser madre. En concreto, un 44% se ha sentido menos valorada profesionalmente, otro 44% ha recibido comentarios de sus compañeros/as que reforzaban ese juicio y un 43% afirma que las decisiones tomadas por la empresa tras su maternidad le hicieron sentirse penalizada. Estos datos reflejan un sesgo estructural que sigue castigando a las madres trabajadoras y que perpetúa el modelo del “trabajador, trabajadora ideal”: disponible, sin interrupciones y sin responsabilidades de cuidado.
Esta carga no solo se traduce en falta de tiempo propio, sino también en soledad y agotamiento, factores que afectan directamente a la salud, pero también a las relaciones de pareja. El principal motivo que lleva a las mujeres a separarse es la sobrecarga mental derivada de la falta de reparto equitativo de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos e hijas. El 62% de las mujeres separadas afirman que la falta de corresponsabilidad las ha llevado a separarse, mientras que el 41% de las que conviven en pareja reconocen que esa sería la principal causa para separarse.
Como novedad este año, la encuesta ha preguntado también a las madres por su vida sexual. Nueve de cada diez mujeres reconocieron que sus relaciones sexuales han disminuido tras tener hijos: el 73% afirma que lo han hecho de forma significativa y el 21% que lo han hecho algo.
Permisos parentales: una medida que no llega a las madres
El informe evidencia que las políticas públicas actuales siguen sin garantizar una conciliación real. A pesar de las reformas recientes, nueve de cada diez mujeres no han hecho uso del nuevo permiso parental de 8 semanas aprobado en 2023. El motivo, reconocen, es que no está retribuido. El 69% de las madres afirma no haberlo utilizado por no estar remunerado. “Somos las madres más agotadas de Europa y al mismo tiempo vemos que la tasa de natalidad cae, cae y cae sin que a casi nadie le importe”, aseguró Baena. “El bienestar de las madres es una responsabilidad social. Necesitamos el compromiso de las familias, pero también de toda la sociedad: las empresas, las instituciones y los gobiernos. Es lo único que puede liberar a las madres de esa carga invisible”.



