Dennis González, nadador: “Cuanta más diversidad haya en el deporte, más aprenderemos y disfrutaremos”
González, que ha recibido el galardón al hombre aliado en los XII Premios MAS, ha demostrado que en el deporte el talento pesa más que el género

Apenas tiene 20 años, pero ya es un referente y un ejemplo para las nuevas generaciones. Dennis González, el primer nadador masculino en lograr el oro con el equipo de natación artística, ha demostrado que con perseverancia, trabajo y disciplina, las barreras y los estereotipos se pueden derribar. Empezó a practicar con 13 años natación artística, disciplina que conoce desde bien pequeño porque su madre es entrenadora. Su camino, en cualquier caso, no ha sido fácil. Ha sido cuestionado por dedicarse a un deporte tradicionalmente femenino, algo que lejos de intimidarle, le ha convertido en un defensor de la tolerancia y la igualdad. En el último Mundial, celebrado en Singapur este verano, hizo historia al conseguir cinco medallas, dos de ellas en las pruebas de equipo, una gesta que ningún otro deportista masculino ha alcanzado hasta la fecha. En 2023 fue también campeón del mundo en la categoría de solo libre. Su palmarés ya suma más de 30 medallas internacionales en las que destacan 9 oros, 6 platas y 5 bronces entre campeonatos del mundo y europeos. Además, fue galardonado en 2024 como el mejor deportista catalán del año. Y este año ha sido reconocido en los XII Premios Mujeres a Seguir con el Premio Especial MAS Aliado. Su próximo gran reto serán los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde aspira a volver hacer historia.
¿Cómo ha sido la vuelta a la rutina tras el éxito del Mundial de Singapur?
Entre divertida, dura y con unas ganas que no veas. La temporada pasada, que fue la primera después de todos los cambios del equipo, fue tan increíble que tenía muchas ganas de volver. Es verdad que necesitábamos un descanso y que gracias a él hemos podido coger con más fuerza la temporada, aunque está siendo un poco más dura que la anterior. Este año queremos focalizarnos en mejorar, y para mejorar, obviamente hay que hacer esfuerzos y sacrificios, pero creo que va a merecer mucho la pena. La pretemporada es la peor parte, pero cuando cojamos la forma física y entremos en una línea continua, todo será más fácil.
Has conseguido hacer historia en un deporte donde apenas había referentes masculinos. ¿Qué pesa más: el orgullo de abrir camino o la presión de ser el primero?
Sin duda, el orgullo de haber abierto el camino. Era el objetivo que tenía la temporada pasada. Me interesaban los éxitos deportivos, pero también convertirme en ese referente. Una de las cosas más increíbles que me han pasado es el reconocimiento que he conseguido.
¿Cómo empezaste a hacer natación sincronizada?
Yo empecé en esto por mi madre. Era entrenadora y cuando acababa el colegio nos venía a buscar y nos quedábamos con ella en la piscina mientras entrenaba a las niñas. Hubo un momento en el que me di cuenta de que en esta disciplina se mezclaban muchas cosas que me gustaban. Había probado un montón de deportes, pero nunca había encontrado uno que realmente me llenara y le dije a mi madre que lo quería intentar. Ella pensaba que sería una pasión pasajera, pero cuando vi a Pau Ribes dije: si él puede hacerlo, por qué yo no. Mi madre se dio cuenta de que tenía que darme la oportunidad de intentarlo, y así empezó todo.
Has contado públicamente que te has enfrentado a comentarios y críticas por dedicarte a un deporte considerado ‘de chicas’. ¿En qué te has apoyado para superar esos prejuicios?
Realmente creo que no me afectó tanto. Estaba mentalmente preparado para ello, pero quise hacerlo público para abrir una conversación y dejar claro que para mí no tenía ninguna importancia y que voy a seguir haciendo lo que quiero, me diga igual lo que diga la gente. Espero que sea el único comentario que tenga que hacer en mi carrera deportiva respecto a esto. He recibido mucho apoyo de mi federación, de mis entrenadores y de mis compañeros, sobre todo, de mis compañeros, porque estamos viviendo lo mismo y ellos realmente entienden el sacrificio que hacemos. Somos personas y todos tenemos nuestros malos momentos y nuestros problemas, sean grandes o pequeños, públicos o privados. Pero los compartimos entre nosotros, y eso es algo que me ha ayudado muchísimo. Además, después de hablar en público del tema, mucha más gente me ha apoyado, así que incluso salí ganando.
"Me interesaban los éxitos deportivos, pero también convertirme en ese referente. Una de las cosas más increíbles que me han pasado es el reconocimiento que he conseguido".
Independientemente de las polémicas, la natación sincronizada ya es de por sí un deporte muy exigente. ¿Cómo cuidas tu salud mental y tu equilibrio personal?
A medida que vas ganando experiencia, te vas encontrando con muchas situaciones que, como ya las has vivido antes, sabes cómo gestionar, pero incluso en esos casos también cambia cómo te encuentras y el momento en el que estás. La psicóloga que tenemos en el CAR nos ayuda muchísimo a llevarlo lo mejor posible tanto en las terapias de grupo como en la individual. Para lo que necesitemos, siempre está allí. Además, nuestra entrenadora, Andrea Fuentes, es una persona que se preocupa muchísimo por nosotros. Sabemos que nos podemos abrir con ella y que siempre nos va a escuchar y a buscar lo mejor para nosotros como personas y no solo como deportistas. De hecho, siempre va a priorizar a la persona frente al deportista. No es fácil, pero me siento agradecido porque sé que, si caigo, me van a coger.
¿Crees que la incorporación de los hombres puede cambiar cómo vemos esta disciplina o el futuro de este deporte?
Hay pocas disciplinas en el deporte que sean mixtas y creo que es algo que está gustando muchísimo. Es muy bonito de ver, no solo en el dúo mixto, sino también en los equipos. Todos tenemos nuestra personalidad, independientemente si eres chico o chica, y cuanta más diversidad haya, más aprenderemos y disfrutaremos. Creo que ha sido un gran paso para este deporte y que estamos ayudando a que, poco a poco, se normalice, que es lo más importante.
¿Cómo es un día de tu rutina de entrenamiento?
Intento aprovechar al máximo el día. Me levanto aproximadamente a las 6.30 horas, desayuno a las 7 y a las 7.30 ya estoy entrenando. El horario puede variar dependiendo del día de la semana y del punto de la temporada, de si estamos en carga alta o montando coreografías, que es cuando echamos más horas, pero, normalmente, de 7.30 a 9.00 horas hacemos entrenamiento ‘seco’. Puede ser un día crossfit, otro flexibilidad o cama elástica con Víctor, que es quien nos ayuda a hacer las acrobacias. A partir de las 9.30 solemos ir a la piscina para el entrenamiento de agua. Hacemos natación, bastante técnica e incluso trabajo físico, y luego nos ponemos a hacer rutinas hasta las 15 horas.
¿Qué le dirías a un niño o una niña que quiera dedicarse a un deporte que, en teoría, no es para su género?
Le diría que pruebe y que, en caso de que tenga dificultades para hacerlo, busque a la persona adecuada que le ayude a conseguirlo. Una vez lo haya probado puede decir si realmente le gusta o no, que, para mí, es lo más importante.
¿Cómo te ves de cara a Los Angeles 2028?
Todo está yendo muy rápido, tanto que me parece mentira, y aunque quede más de la mitad del ciclo olímpico, veo los próximos Juegos Olímpicos muy cerca. Estoy muy emocionado por poder luchar por estar allí, porque no es fácil ganarse la plaza. Somos muchos los que estamos trabajando para conseguirlo y nadie me va a regalar nada. Estoy contento solo por tener la posibilidad de luchar por esa plaza, y espero poder conseguirla.




