Aauri Bokesa, atleta: “En muchas ocasiones no se tiene en cuenta la parte humana del deportista, y es algo terrible”
La velocista, tres veces olímpica, se ha retirado de la competición a los 35 años
“No es un adiós, ni un hasta luego, sino un hasta siempre y para siempre”. Así empezaba el mensaje con el que la atleta Aauri Bokesa anunciaba su retirada hace unos días. La velocista madrileña ha dicho adiós al deporte de élite después de una carrera profesional de veinte años que arrancó en el baloncesto y ha acabado en el atletismo.
Conseguir practicar dos deportes a nivel profesional no solo habla de las excepcionales cualidades físicas de Bokesa, sino también de una capacidad de esfuerzo y un talante competitivo de los que ha hecho gala desde niña. Su interés por el deporte le viene de madre. “Ella tenía muy claro que quería que en casa hiciéramos actividades extraescolares y deporte”. Primero la apuntaron a ballet y sevillanas, pero lo del baile no cuajó, y acabó encontrando en el baloncesto su pasión. Empezó jugando en las escuelas del Fuenlabrada y luego lo hizo en el Estudiantes. “Desde los 12 años me empezaron a llamar de la Selección Española de Baloncesto. En 2004 fui por primera vez a un campeonato internacional de baloncesto. Ese año, además, quedamos campeonas de Europa”, recuerda.
Al atletismo llegó un poco más tarde, y por casualidad. “No era un deporte que me llamaba la atención de pequeña ni nada por el estilo”, admite, pero un equipo de atletismo le ofreció una plaza para correr los 400 metros y decidió probar. A juzgar por los resultados posteriores, el experimento fue un éxito. “A los dos años de centrarme solo en el atletismo fui a los Juegos Olímpicos”, relata Bokesa, la única velocista en la historia de nuestro país que ha competido en tres Juegos Olímpicos a nivel individual. Los de Londres fueron los primeros, luego vendrían los de Río y finalmente, Tokio, donde Bokesa fue capitana del equipo de atletismo. Allí logró su mejor marca personal, unos increíbles 51,08 segundos.
Los últimos tiempos no han sido fáciles para Aauri Bokesa. “2015 y 2016 fueron años muy duros a nivel psicológico”, apunta, y los resultados obtenidos en Río tampoco fueron los esperados. “La competición no me salió bien y sentí que necesitaba un cambio. Yo entonces estaba en un Centro de Alto Rendimiento. Los CAR son lugares que si te va bien, son muy buenos, pero como te vaya mal, en ese ambiente de mucha exigencia se puede sufrir un montón”. En 2017 decidió hacer las maletas y marcharse a entrenar a Suiza. Allí se quedó hasta 2022. Su etapa suiza tampoco fue un camino de rosas, aunque consiguió prepararse para Tokio y, sobre todo, reconciliarse consigo misma. “Logré mi objetivo de volver a unos Juegos y pude hacer marca personal. Con el relevo mixto casi nos metemos en la final olímpica. Fue muy gratificante”.
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Aunque lo ha intentado, finalmente no ha conseguido la marca para competir en París. En cualquier caso, no se ha arrepiente de haber luchado por ello. “Estoy contenta de haber podido pelear por este ciclo. No me he podido clasificar, pero la lucha también ha sido bonita”.
Ella sabía que había llegado el momento de colgar las zapatillas. “La realidad es que tengo 35 años y mi cuerpo está muy cansado de llevar tanto tiempo haciendo alto rendimiento”. Con todo y con eso, admite que no estaba lista para parar. “El proceso de la retirada deportiva es bastante complejo, hasta que no lo experimentas no lo sabes. Te puedes preparar para ello. De hecho, en 2018 empecé a trabajar con una psicóloga, pero no es fácil”. La despedida está siendo un poco agridulce. “Los deportistas viven con una insatisfacción constante y siempre pensando que lo podrían hacer un poco mejor”. En ese sentido hay cosas que, dice, le hubiera gustado conseguir o mejorar. “Pero creo que mi carrera deportiva ha sido como tenía que ser. Incluso los últimos años, después de los Juegos Olímpicos de Tokio, que volvieron a ser complicados por diferentes temas”.
“El proceso de la retirada deportiva es bastante complejo, hasta que no lo experimentas no lo sabes”
Esos temas a los que hace referencia son los criterios de competitividad de la Real Federación Española de Atletismo. La velocista se vio afectada por esas normas, que obligan a los atletas a hacer unas mínimas nacionales fijadas para poder ir a los grandes campeonatos aunque ya se hayan clasificado por su posición en el ranking internacional. Por este motivo, en 2022, Bokesa no fue incluida en la lista de convocados para competir en los 400 metros individuales del Europeo, algo que denunció públicamente. “Fue una de las peores cosas que me han pasado en mi carrera deportiva. Lo que más me dolió fue el trato, te das cuenta de que en muchas ocasiones a los deportistas no se nos trata como a personas. No se tiene en cuenta la parte humana del deportista, y es algo terrible. Me pareció increíble que no fueran capaces de llamarme y explicarme qué es lo que iba a pasar”.
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Aauri Bokesa asegura que de la competición de élite va a echar de menos muchas cosas. Especialmente, la rutina diaria y a sus compañeros. También la adrenalina y los nervios que afloran justo antes de una carrera. En cualquier caso, su objetivo es seguir entrenando. “Voy a probar deportes diferentes, pero sin la presión de la competición”.
“Muchas veces por lo que cuesta retirarte es porque no sabes muy bien qué es lo que vas a hacer fuera del mundo del deporte”, explica. Pero ella sabe que seguirá vinculada a él. Bokesa es trabajadora social y en estos años ha puesto en marcha ‘Deporte para la vida’, un proyecto de educación de valores a través de la práctica deportiva dirigido a niños que están en centros de acogimiento residencial. “Uno de los objetivos principales es que estos chicos tengan una infancia y una adolescencia lo más normalizada posible, y darles las herramientas para que cuando salgan del centro puedan seguir desarrollándose”, explica. “Es bastante bonito. Vamos a eventos deportivos y hacemos un montón de actividades relacionados con el deporte. Por ejemplo, el año pasado fuimos a la Universidad Europea de Madrid a aprender sobre periodismo deportivo, también hemos ido a visitar los centros de alto rendimiento de Barcelona y Granada, etcétera”.