La realidad de la violencia obstétrica
Los datos demuestran que está totalmente naturalizada en el sistema sanitario español

La OMS la define como una forma de violencia ejercida por profesionales de la salud (principalmente médicos y personal de enfermería) hacia las mujeres durante el parto y el puerperio. Bajo el concepto de violencia obstétrica se incluyen distintas acciones y actitudes. Puede ser ignorar la voluntad y la autonomía de las mujeres en relación a su cuerpo, su sexualidad, sus bebés y sus experiencias de parto. También forzar las posturas, los ritmos y los tiempos que requiere el alumbramiento o ignorar las necesidades emocionales de la madre o su hijo. En 2014, la OMS reconoció como una violación de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres.
A pesar de ello, una década después sigue siendo tristemente habitual. Una encuesta realizada por el servicio de matronas Maternify en la que han participado más de 1.100 mujeres de toda España (seguidoras o suscriptoras de la plataforma) revela que seis de cada diez la han sufrido. La mayoría de ellas (85%), durante el parto.
Entre las malas prácticas que sufrieron destacan la omisión de información por parte del equipo sanitario (el 46%), la inducción al parto sin un motivo médico real o el uso de técnicas o medicación para acelerar el parto sin causa justificada (el 29%), la práctica de la maniobra de Kristeller (el 25%), la episiotomía sin causa justificada (el 21%) o un trato paternalista o infantil (el 21%).
Todos motivos para hacer del parto algo inolvidable, y no en el buen sentido. El 60% de las mujeres que han sufrido violencia obstétrica tienen un mal recuerdo de la experiencia por esta razón y un 53% asegura que todavía sufre las secuelas.
Pero la violencia obstétrica va más allá del parto. El 40% de las encuestadas aseguran haberla sufrido durante su embarazo o en el posparto. La falta de información, el trato paternalista o la falta de contacto piel con piel una vez nacido el bebé son sus quejas más habituales.
Otro dato que arroja el informe es que el 67% de las madres consideran no haber recibido suficiente apoyo por parte del personal sanitario en las diferentes fases de su maternidad, especialmente durante el parto.
Sanidad pública o privada
Parece que la violencia obstétrica está tan extendida tanto en la sanidad pública como en la privada. El porcentaje que asegura haber sufrido violencia obstétrica en el sistema público asciende al 64% y en el privado es el 61%.
La privada destaca en los partos inducidos sin motivo médico, un 34% más que en la pública. El número de casos de mujeres a las que se les ha practicado allí la maniobra Kristeller es casi el doble (un 30%) que en la pública (un 18%). También hay más cesárea sin causa justificada (10% frente a 4%). Según el estudio, en la sanidad pública se dan más casos de violencia obstétrica durante el embarazo y el posparto.