El primer ministro de Australia pide perdón a las mujeres que han sufrido abusos en el Parlamento
Scott Morrison ha reconocido que muchas denunciadas fueron silenciadas

Scott Morrison, primer ministro australiano, ha pedido perdón formalmente a las víctimas de acoso, maltrato y agresiones sexuales en el Parlamento, en un discurso durante el que ha reconocido que las denuncias fueron silenciadas por el miedo a las consecuencias electorales.
El caso de Brittany Higgins, exasesora del Partido Liberal que el año pasado reveló haber sido violada en la sede del Parlamento por un colega, provocó que otras mujeres se atrevieran a denunciar haber sufrido agresiones verbales, físicas y acoso sexual por parte de otros trabajadores del Parlamento. “Ella tuvo el valor de hablar y por eso estamos aquí”, ha destacado el premier australiano ante Higgins, presente durante la sesión en el Parlamento de Camberra.
Su denuncia desencadenó protestas ciudadanas y fuertes críticas contra el Gobierno de Morrison por su gestión del caso. Britanny Higgins ha explicado que tras denunciar haber sido violada por un excompañero de trabajo en el despacho de su jefa, la por entonces ministra de Defensa, Linda Reynolds, fue marginada y presionada para abandonar su puesto. “Hemos tratado de silenciar las quejas válidas y justas de la gente porque reinaba el miedo a las consecuencias electorales. Lo siento”, ha admitido el primer ministro, quien ha prometido también “sacar a la luz” a los autores de estas agresiones. “Durante muchas décadas, se perpetuó un ecosistema, una cultura, donde se normalizaron la intimidación, el abuso, el acoso y, en algunos casos, incluso la violencia”, ha reconocido. También el líder de la oposición, el laborista Anthony Albanese, ha pedido perdón a las víctimas.
Una investigación independiente realizada por la comisionada contra la discriminación sexual, Kate Jenkins, tras las denuncias concluyó que uno de cada tres miembros del personal que trabajaba en las oficinas parlamentarias había sufrido acoso sexual. Su análisis, realizado a partir de más 500 entrevistas personales y 300 testimonios escritos, detalla la existencia en el Parlamento de una cultura de "intimidación, acoso y agresión sexual". La petición pública de disculpas era una de las recomendaciones de esta comisión de investigación.
También provocó un gran escándalo en el país la difusión el pasado marzo de una serie de fotos y vídeos en los que se veía a empleados del Gobierno realizando actos sexuales en el Parlamento.