La mayoría de los españoles cree que las leyes de igualdad están amenazadas
Casi la mitad de la población tiene noticia de casos de acoso o amenazas a feministas
El 50% de la sociedad española opina que hay personas y organismos que intentan acabar con las leyes de igualdad de género, según un estudio realizado por la fundación feminista Calala. A esto se suma un 37% que reconoce pensar frecuentemente que existen este tipo de colectivos, pero sin tener certeza sobre ello. Por tanto, cerca del 90% de los españoles cree, con mayor o menor seguridad, que las leyes de igualdad de género están amenazadas.
La investigación se basa en una muestra paritaria de 1.000 personas (50% de hombres y 50% de mujeres), entre 18 y 65 años. El 49% de los entrevistados tiene noticia de casos de acoso o amenazas a mujeres feministas y el 60% señala el creciente ambiente polarizado como responsable del aumento de la violencia contra estas activistas. Los encuestados citan casos concretos como las críticas a la ministra de Igualdad, Irene Montero, los ataques a la periodista Carlota Corredera por defender a Rocío Carrasco o a la actriz María Castro por dar el pecho hasta edad tardía.
“Estamos preocupadas porque en estos momentos, además de atacar a feministas, se está atacando a cualquier mujer que se atreva a dar una opinión pública propia, a apoyar a otra mujer, o que no actúe de acuerdo con el rol de género que la sociedad espera. Estas mujeres están enfrentando una violencia con contenido de género, porque los ataques son específicos por el hecho de ser mujer”, señala María Palomares Arenas, directora de Calala Fondo de Mujeres.
Un 74% de las personas encuestadas considera que los discursos de odio son intolerables porque son violencia. Sin embargo, también hay un 11% que los considera libertad de expresión, un 8% cree que actuar legalmente contra este tipo de discursos provoca el efecto contrario, promoviéndolos más, y un 7% afirma tolerarlos porque, en su opinión, no son violencia. “Los ataques que están recibiendo las mujeres públicas son también violencias de género. Esta violencia no es nueva, sino que es un continuum de la violencia de género machista que viven las mujeres en los espacios privados. La motivación es precisamente que las mujeres no ocupen los espacios públicos”, indica Palomares.
A menudo se señala que las redes sociales han contribuido a extender esos discursos de odio, y así lo cree la mayor parte de la muestra. El 78% considera que las redes sociales generan dinámicas que los fomentan. Sin embargo, la mitad de ese 78% opina que las redes sociales se limitan a amplificar discursos que ya existen. Por otro lado, para el 69% de las personas encuestadas el ambiente polarizado existente en las redes sociales está provocando que la violencia traspase el espacio digital y esté aumentando la violencia física contra los colectivos objetivo de estos discursos de odio, como personas con discapacidad, LGTBIQ+ y mujeres feministas.
Al preguntar a las personas encuestadas por qué siguen a perfiles feministas en redes sociales, el 30% lo hace para confrontar sus opiniones y un 41% confiesa seguirlos por casualidad. El 22% los considera perfiles interesantes, un 18% fuentes de información de valor y un 14% opina que son divertidos.
En cuanto al origen de estos discursos de odio contra las propuestas feministas, los partidos políticos son los principales acusados, según los encuetados, destacando los de derechas en un 60%, así como los grupos religiosos y asociaciones contrarias al feminismo.