Las polacas convocan una huelga de mujeres para protestar contra la prohibición del aborto
Este es el séptimo día de movilizaciones en el país

Continúan en Polonia las protestas por la decisión del Tribunal Constitucional, el pasado jueves, de prohibir el aborto incluso en caso de malformación grave del feto, al considerarlo “incompatible” con la Constitución. De esta forma, se limita aún más la que ya era una de las legislaciones sobre reproducción más estrictas de Europa, restringiendo el derecho al aborto a solo dos supuestos: peligro de muerte para la mujer embarazada y casos de violación o incesto.
Strajk Kobiet, la asociación feminista que lidera las protestas contra el veto al aborto, convocó ayer una huelga general de mujeres inspirada en la que tuvo lugar en Islandia en 1975, para mostrar su total rechazo al fallo judicial, que no puede apelarse. Según las organizadoras, es difícil saber el seguimiento exacto que ha tenido, aunque indican que muchas empresas acordaron dejar que las trabajadoras se tomaran el día libre para participar en las movilizaciones.
La huelga ha sido solo un capítulo más de la serie de manifestaciones y actos de protesta que desde hace siete días sacuden el país. Se han llevado a cabo manifestaciones callejeras en Varsovia y otras ciudades con decenas de miles de participantes, según los medios locales. ‘Esto es la guerra’, ‘Queremos elegir’ o ‘El infierno de las mujeres’ son algunos de los mensajes que más se oyen en las marchas. El domingo, los manifestantes protestaron frente a iglesias católicas de toda Polonia. El lunes, miles de personas bloquearon el centro de las principales ciudades polacas. Los organizadores han declarado que las movilizaciones continuarán en los próximos días.
En Polonia se producen poco más de 1.000 abortos legales al año y la gran mayoría de ellos (1074 de los 1100 realizados el año pasado) son por grave defecto fetal, la causa que ahora ha sido descartada. Sin embargo, los grupos feministas estiman que se practican más de 200.000 intervenciones ilegales o en el extranjero cada año. El aborto es una cuestión que divide a la muy católica sociedad polaca. Allí los médicos pueden negarse a recetar anticonceptivos o a practicar abortos incluso en los supuestos legales por motivos religiosos. Una encuesta de opinión de 2014 del centro de investigación CBOS determinó que el 65% de los polacos estaban en contra del aborto. Sin embargo, encuestas recientes han demostrado que la mayoría de los ciudadanos se oponen endurecimiento de la ley.
Los opositores al veto al aborto indican que este pone en grave riesgo la seguridad de las mujeres y de los recién nacidos. La sentencia ha sido duramente criticada por varias asociaciones de Derechos Humanos y por la comisionada de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic. Por su parte, los defensores del fallo de la corte argumentan que protege a las personas con enfermedades como el síndrome de down. En la sentencia, la presidenta del tribunal, Julia Przylebska, argumentó que permitir los abortos por anomalías fetales legaliza las “prácticas eugenésicas”. El Constitucional polaco se ha pronunciado a petición de Ley y Justicia, el partido de ultraderecha que actualmente gobierna en el país y que en reiteradas ocasiones había intentado tramitar la limitación del aborto en el Parlamento sin éxito. Cada intento ha provocado movilizaciones populares en contra, incluido el conocido como Lunes Negro de 2016.