“El Dakar es como la vida, aunque condensada en diez días”
Cristina Gutiérrez correrá en enero su cuarto Dakar, que se celebrará en Arabia Saudí


LaLiga se ha comprometido con el deporte español a través del proyecto LaLigaSports, que presta soporte a 4.200 deportistas de alto nivel y 64 federaciones deportivas, entre ellas, la de automovilismo.
A los 4 años se subió por primera vez a una moto, a los 9 se pasó al karting y a los 18 empezó a competir en el Campeonato de España de Rallys Todoterreno. A Cristina Gutiérrez la afición por este deporte le vino por vía paterna. “Aunque nunca ha corrido, [mi padre] siempre nos inculcó a mí y a mis hermanos la pasión por el motor”. La burgalesa ha sido en varias ocasiones campeona de la competición femenina de Rallys Todoterreno y en 2015 se convirtió en subcampeona absoluta. Un par de años más tarde, en 2017, le llegó la oportunidad de correr el Dakar, convirtiéndose en la primera española en acabarlo en la categoría de coches. Desde entonces puede presumir de haber llegado siempre a la meta (y mejorado marca) en la que dicen es la competición más dura del mundo del motor. En enero disputará su cuarto Dakar, que se celebrará en Arabia Saudí. Su objetivo es quedar entre los veinticinco primeros.
¿Cómo surgió la oportunidad de correr el primer Dakar?
Cuando en 2015 quedé subcampeona de España, ya solo por eso me sentía más preparada. Al mismo tiempo, la federación internacional lanzó una especie de programa femenino en Qatar. Consistía en competir durante cuatro o cinco días para aprender la disciplina rally raid. El recorrido era por el desierto y fue la primera vez que yo hacía dunas. Conseguí una plaza, gané, y el premio era la posibilidad de correr en el Campeonato del Mundo que se celebraba en Qatar. Esa experiencia me dio muchísima confianza para lanzarme después al Dakar, así que contacté con un sponsor que me dio apoyo. Tuve mucha suerte, sin ese apoyo no hubiera podido competir. En 2017 llegué al Dakar sin saber muy bien a qué iba a enfrentarme. Siempre escuchas que es la carrera más dura del motor y que lo vas a pasar mal. Pero el resultado fue muy bueno y conseguí acabar, y eso que acabar el Dakar el primer año es casi un milagro. A partir de ahí conseguí que los patrocinadores se interesasen más por el proyecto y siguieran apoyándome.
En menos de dos meses volverás a enfrentarte al Dakar y te has propuesto mejorar la marca del año pasado. ¿Cómo te estás entrenando?
Quedar entre los veinticinco primeros es un reto grande, porque pueden pasarte un millón de cosas. No solo cuenta el aspecto deportivo, también entra en juego un poquito la suerte. Pero hemos entrenado muchísimo y nos vemos capaces de ser competitivos y estar entre los veinticinco primeros. Sí que es verdad que este año me hubiese gustado contar con más preparación. Al final, el entrenamiento depende de un presupuesto y cuando este es muy ajustado, no puedes correr todo lo que te gustaría. Por mí estaría todo el año corriendo, pero no ha podido ser. Aunque sea para una carrera que dure diez días, entrenamos durante todo el año para llegar en la mejor forma posible. Este año hemos competido en Teruel, en la Baja España, que aunque suene extraño, es bastante parecido a hacerlo en ciertas zonas del Dakar. También hemos ido a Marruecos. Allí solemos ir entre dos y cuatro veces al año para meternos un poco en situación con la arena. Eso sí, a nivel técnico nos hemos armado mucho más, el coche va mucho más preparado para lo que nos vamos a enfrentar.
La carrera se celebrará en Arabia Saudí, un país donde, hasta hace muy poco, las mujeres no podían conducir. ¿Qué esperas de este nuevo escenario?
Han creado una expectativa muy bonita por las imágenes y los vídeos que nos han estado pasando. Es un recorrido espectacular y muy completo. Siempre que se cambia es bueno, o al menos eso intentan desde la organización. Después de estar diez años en Sudamérica, la gente ya se conocía el terreno, y la incertidumbre es buena para la competición. A nivel político no sabemos muy bien qué nos vamos a encontrar. Creo que ahora se están intentando cambiar las cosas. Desde fuera tenemos la imagen de que es un país muy cerrado, pero creo que el que hagan este tipo de eventos es una buena señal. Una vez allí veremos cómo nos tratan, pero estoy segura que lo harán genial. Desde la organización nos han asegurado que no hay motivos para estar preocupados. Incluso gente de allí nos ha trasmitido lo ilusionados que están. Quieren que sea el mejor Dakar de la historia.
Va a ser el cuarto que corras. ¿Qué es lo que has aprendido de los anteriores?
Siempre digo que el Dakar es un poco como la vida, aunque condensada en diez días. Te enseña muchas lecciones, y no solo durante la carrera. Estás con mucha gente y tienes que madurar rápido. En mi caso, entré con 25 años en una disciplina en la que la media son unos 50. Además, es una prueba que te hace enfrentarte a situaciones irreales que jamás te habrías esperado. Hace dos años estuve tres días sin dormir. Allí te haces consciente de que todo es posible si te esfuerzas. Solo eres capaz de ponerte en situación si vas a un Dakar. Es una aventura.

Habrá quien no entienda ese empeño por pasar por una experiencia tan dura. ¿Qué es lo que te atrae a ti?
Cuando haces un Dakar se genera una relación de amor-odio. A veces lo pasas muy mal y juras que no vas a volver nunca, pero según acaba, ya estás pensando en correr el siguiente. Le pasa a todo el mundo que ha participado. Hay muy poca gente que haya hecho el Dakar y no haya repetido después, es una carrera que engancha, porque te somete a una presión, a unas circunstancias extraordinarias y logras superarlas. Es un poco como una droga. Luego tú también tienes que tener unas determinadas características, como que te guste la aventura o la voluntad de superarte a ti mismo. Si cumples esos requisitos, el Dakar es tu carrera.
Cada vez hay más presencia femenina en el mundo del motor. ¿Has visto una evolución desde que empezaste?
Sobre todo, en todas las iniciativas que se hacen ahora para que la mujer tenga más fácil el acceso. Cuando yo entré no había casi proyectos enfocados a las mujeres. En mi caso, empecé porque era una fanática del motor y me daba igual. Pero ahora las empresas, el Consejo Superior de Deportes y la Federación sí apuestan por hacer eventos y cosas que acerquen a la mujer al mundo del motor. Cada vez somos más chicas, y no solo en mi disciplina, también en rallies o en fórmulas. Al menos la gente ve cada vez menos raro que una mujer sea piloto.
¿Todavía es difícil vivir exclusivamente de este deporte?
Ahora mismo me gano la vida como ortodoncista. De momento cubro el coste de las competiciones con los sponsors, pero vivir de esto es muy complicado. Solo hay cuatro que lo consigan, soy consciente de ello, pero estamos trabajando para que de aquí a dos o tres años como mucho estemos entre esa élite. Ese es mi principal objetivo. Me estoy rodeando de gente muy profesional, sobre todo, a nivel de comunicación, de estrategias de marketing y managers, para en pocos años lograr estar en un equipo o con una marca de alcance global. La clave está en tener una estructura que te permita estar entre los primeros. Con estar en igualdad de condiciones con los de arriba me conformaría, porque ahora estamos compitiendo contra gente que triplica nuestro presupuesto, lo que quiere decir que entrena el triple y disfruta de mejores condiciones. Luchar así es prácticamente imposible.
