Los estadounidenses llevaron al primer hombre a la luna, pero los soviéticos enviaron a la primera mujer al espacio
En esa otra batalla de la carrera espacial, la URSS se adelantó dos décadas

Mucho se ha hablado estos días de la llegada del hombre a la luna y de su significado. No fue solo un hecho histórico y un hito para la humanidad, también resultó una gran victoria de los Estados Unidos en la guerra fría. La carrera espacial fue uno más de sus campos de batalla, y hasta ese momento, los soviéticos parecían estar ganando en él la partida: la URSS no solo había conseguido enviar en 1961 al primer hombre al espacio, el cosmonauta Yuri Gagarain, sino también a la primera mujer.
Se llamaba Valentina Tereshkova y tenía apenas 26 años cuando el 16 de junio de 1963 despegó del cosmódromo de Baikonur a bordo de la nave Vostok 6 rumbo a un viaje que pasaría a la historia espacial. En poco menos de tres días completó 48 vueltas a la Tierra, convirtiéndose en la primera mujer en visitar el espacio. Tereshkova experimentó náuseas y malestar físico durante gran parte del vuelo, lo que no le impidió registrar en ese único viaje un tiempo de vuelo superior al que hasta entonces sumaban todos los astronautas estadounidenses juntos.
Fue Sergey Korolyov, principal ingeniero ruso de la agencia espacial soviética, quien tras el vuelo de Gagarin puso en marcha el proyecto para llevar a la mujer al espacio. Como candidatas buscó paracaidistas. El motivo es que las naves Vostok no tenían dispositivo para aterrizar, así que una vez atravesadas las capas más altas y menos densas de la atmósfera, el cosmonauta era eyectado de la cápsula junto con su asiento y debía completar el descenso en paracaídas. En febrero de 1962, cinco mujeres fueron seleccionadas, de entre más de cuatrocientas aspirantes, para integrar el Cuerpo Femenino de Cosmonautas. Tereskhova fue al final la elegida para pilotar la misión Vostok 6. La rusa, que no era militar, fue admitida honorariamente en la Fuerza Aérea Soviética, convirtiéndose también en la primera civil en ir al espacio.
La misión tenía en teoría el objetivo de comparar los diferentes efectos de los vuelos espaciales en el organismo de hombres y mujeres. Pero siempre se ha considerado que también había pesado mucho el afán del régimen comunista por conseguir más titulares que hablaran del poderío tecnológico de la Unión Soviética y también de la fuerza de sus mujeres. Años después, preguntada por ese supuesto carácter propagandístico de su misión, Tereskhova lo negaba. “Nos preparamos para ello cabalmente. Llegamos como paracaidistas y nos convertimos en cosmonautas".
En el programa diseñado por Korolyov había previstos más vuelos tripulados por mujeres. Incluso tras el vuelo de Tereskhova se proyectó otro con una tripulación formada por mujeres en una nave de tres plazas. Sin embargo, el proyecto acabó siendo suspendido.
Decenas de mujeres de otras nacionalidades han viajado al cosmos después, aunque tuvieron que esperar casi veinte años para ello. La primera en hacerlo fue otra soviética, Svetlana Savítskaya, que viajó en 1982 a bordo de la Soyuz T-7. Savítskaya fue la primera mujer en habitar una estación orbital, la Saliut-7, donde permaneció una semana. Dos años después también se convirtió en mujer en dar un paseo espacial.
En junio de 1983, los estadounidenses consiguieron mandar al fin a una compatriota al espacio (veinte años después del viaje de Tereshkova). Fue la astronauta de la Nasa Sally Ride, que formó parte de la misión STS-7 del transbordador espacial Challenger.