Una futbolista lanza una campaña para que se igualen los premios de los mundiales femenino y masculino
Lola Martín Alonso no juega en la Selección, pero quiere que las cosas cambien

El Mundial de fútbol femenino que se celebra estos días en Francia está batiendo records tanto de audiencia como de asistencia. A pesar de que la FIFA ha duplicado el presupuesto destinado a los premios del torneo respecto a la edición anterior (este año se repartirán un total de 30 millones y la selección campeona ingresará 4 millones), las cifras están muy lejos de las que se manejan en el campeonato masculino. Por eso la jugadora Lola Martín Alonso ha puesto en marcha una petición en Change.org que solicita que los premios de ambas competiciones se igualen.
“La copa que levantan los hombres en el Mundial de Fútbol tiene un valor de 150.000 euros, y la nuestra, la de las mujeres, 30.000. ¿Qué os parece? ¿Es que nuestro esfuerzo vale 5 veces menos?”, se pregunta la futbolista, que no forma parte de la selección y no está jugando en Francia, pero quiere un futuro mejor para su deporte.
Martín Alonso recuerda que el fútbol femenino cada vez tiene más visibilidad y que debería ser tenido en cuenta de la misma forma que el masculino. “Vivimos en un momento de cambio, en un momento en que el fútbol femenino cada vez tiene más importancia. Estamos dando pasos, poco a poco, para que las próximas generaciones tengáis la oportunidad de dedicaros a lo que más os gusta de forma profesional: el fútbol”.
“Ahora que estamos metidos en este Mundial femenino solo deseo que nadie se plantee si el fútbol es cosa de chicos o de chicas. Que nadie tenga que combinar el fútbol con su trabajo o con otro sueldo porque no os llega para el alquiler. Tenemos que luchar para que los sponsors paguen lo mismo a hombres y mujeres. Tiene que llegar la igualdad, también al mundo del deporte”, pide. De momento lo que hay en el mundo del deporte en general y del futbol en particular es una brecha salarial brutal: la mitad de las futbolistas no perciben nada por jugar y las que lo hacen ganan unos 500 euros de media.
"Vamos a cambiar esto para que cuando os toque a vosotras salir al terreno de juego con el himno de vuestra selección de fondo, entre abrazos y confeti, lo que levantéis sea algo más que un trofeo, sea un símbolo de igualdad", concluye Lola Martín Alonso, que milita en las filas del C.D. Tacón. Se trata de un equipo complemente femenino (no solo las jugadoras, casi todo su equipo de gestión también son mujeres) con sede en el madrileño barrio de Hortaleza, fundado en 2014 y que tras tres temporadas en Segunda División este año ha logrado el ascenso a Primera.
La cuestión de la paridad se ha convertido en un tema importante en este Mundial. La delantera del Lyon Ada Hergerberg, ganadora el año pasado del primer Balón de Oro femenino –momento que estropeó uno de los presentadores preguntándole si sabía perrear–, anunció hace unos meses que no jugaría con su selección, la noruega, a no ser que se equipararan las condiciones de los y las futbolistas, lo que obviamente no ha pasado. Las actuales campeonas, las jugadoras de la Selección de Estados Unidos, han elegido otra vía para luchar por la paridad: la judicial. Hace tres meses, veintiocho jugadoras presentaron una demanda por discriminación de género contra la federación de su país. La demanda no se refiere solo a los salarios, también a los lugares y la frecuencia de entrenamiento, a sus condiciones de viaje y el trato recibido. El equipo está en la competición, pero su batalla en los tribunales continúa.