Una modelo asegura haber mantenido una relación con Woody Allen siendo adolescente
Sostiene que esa historia inspiró ‘Manhattan’
En una entrevista publicada este martes por The Hollywood Reporter, la exmodelo Christina Engelhardt dice haber mantenido una relación de ocho años con Woody Allen, desde 1976 hasta 1984. Por entonces ella tenía 16 años y él 41. Engelhardt asegura que la relación fue consentida (en cualquier era caso ilegal, porque la edad legal para consentir en Nueva York era y sigue siendo los 17 años).
De hecho, dice que fue ella la que dio el primer paso. Al verle sentado en la mesa de un restaurante, le pasó una nota con su teléfono. Por entonces vivía aún en Nueva Jersey con sus padres, pero iba frecuentemente a Nueva York debido a su incipiente carrera de modelo. Según su relato, Allen nunca le preguntó directamente por su edad, aunque sí sabía que aún iba al instituto.
De acuerdo con su versión, la película Manhattan se inspira en esta relación. En ella Allen interpreta a un hombre de 42 años que mantiene un idilio con una jovencita de 17, interpretada por Mariel Hemingway. Pero si en la película la pareja salía y disfrutaba de la vida en la ciudad, en la realidad (o al menos la realidad que cuenta Engelhardt) nunca salieron del apartamento que él tenía en la Quinta Avenida. Allí se encontraron decenas de veces. En ocasiones, para participar en tríos con otras dos chicas jóvenes. La exmodelo asegura que cuando el director empezó su relación con Mia Farrow, también hizo tríos con ella (tanto Allen como Farrow han declinado hablar con The Hollywood Reporter y los medios que han tratado contactar con ellos después).
Según Engelhardt, no fue hasta el pasado enero, cuando The Washingon Post publicó un artículo sobre el archivo de escritos de Allen que hay en la Universidad de Princeton que incidía en la misoginia y la obsesión por las jovencitas de sus textos (entre ellos varios relatos cortos, el esbozo de un proyecto para televisión y el borrador del guion de Manhattan), cuando algo hizo click en su cabeza y se dio cuenta de que “formaba parte de un patrón”. “Lo que me ha hecho hablar es pensar que podía ofrecer una perspectiva”, ha explicado a la revista. “No estoy atacando a Woody. Esto no es un ‘derriben a ese hombre’. Estoy contando mi historia de amor. Es lo que me ha convertido en quien soy. No siento ningún tipo de remordimiento”.