El tabú de la depresión postparto masculina
También ellos la experimentan, aunque no se hable del tema

El nacimiento de un bebé suele asociarse a la alegría, pero también puede ser una etapa difícil. No es raro experimentar tristeza, cansancio, irritabilidad o ansiedad después de traer un hijo al mundo. En algunos casos, incluso depresión: el 35% de las madres españolas reconocen haber tenido depresión postparto. Tradicionalmente se ha considerado que esta afectaba exclusivamente a las mujeres, pero recientes investigaciones internacionales sugieren que también ellos la experimentan.
Cabe aclarar que la depresión posparto no tiene una sola causa, sino que es consecuencia de una combinación de factores físicos y emocionales. Después de dar a luz, los niveles de hormonas (estrógeno y progesterona) de la mujer descienden rápidamente, lo que genera alteraciones químicas en el cerebro que pueden afectar al estado de ánimo. A esto se añaden la falta de sueño y la imposibilidad de descansar para recuperarse de la experiencia del parto.
Algunas investigaciones sugieren que los hombres también sufren cambios hormonales. Un trabajo del departamento de Psicología de la Universidad de Princeton asegura que pueden experimentar un descenso temporal de sus niveles de testosterona y un aumento del estrógeno o la prolactina (la hormona que encargada de producir leche en las mujeres). Los científicos lo explican, desde una perspectiva evolutiva, indicando que esos cambios hormonales ayudarían a los varones a sentir la necesidad de quedarse junto a sus hijos y forjar un vínculo más fuerte con ellos.
Pero incluso dejando de lado los cambios físicos y hormonales, ¿por qué los hombres no iban a verse afectados desde el punto de vista psicológico o emocional? Tener un hijo supone un cambio brutal en la vida de ambos progenitores: cambian los horarios, las rutinas, las relaciones de pareja, por no hablar de la falta de sueño o de tiempo libre. No es de extrañar, por tanto, que también ellos experimenten sentimientos negativos o incluso depresión.
Según una investigación realizada por la Universidad de Lund (Suecia), el 8% de los padres primerizos sufren una especie de depresión posparto durante el primer año de vida de su hijo. Otro informe publicado por el American Journal of Men’s Health a partir de varios estudios internacionales indica que más del 10% de los padres experimentan depresión o ansiedad durante el periodo perinatal. Algunas fuentes aumentan la cifra hasta el 25% e indican que también existe una correlación entre la depresión posparto maternal y paternal: entre el 24% y el 40% de las parejas masculinas de las mujeres que la tienen la pasan también.
Y, sin embargo, el tema apenas se trata. Primero, porque rara vez se diagnostica. Como apuntan los investigadores de la Universidad de Lund, a los nuevos padres no se les suele preguntar cómo se sienten y ellos tampoco tienden a hablar de sus emociones. También indican que las preguntas que se emplean habitualmente para diagnosticar a las mujeres no funcionan igual en el caso de los hombres, ya que en ocasiones los síntomas son diferentes. En su caso suelen estar relacionados con la irritabilidad, la baja tolerancia al estrés y la falta de autocontrol. Es fácil suponer el impacto que puede pueden tener esos síntomas no solo para su salud, sino también para las relaciones familiares.
Pero incluso cuando los síntomas se identifican correctamente, convencer a los padres para que acepten ayuda o tratamiento es complicado. Si la depresión postparto sigue siendo un tema difícil para algunas mujeres, que todavía se avergüenzan de sentirse así en un momento en el que, se supone, todo debería ser felicidad, en el caso de los hombres es casi un tabú. La necesidad de recibir terapia entra en conflicto directo con las ideas de estoicismo y autosuficiencia que les han inculcado. Sin duda, otro buen motivo para fomentar nuevos modelos de masculinidad.