Serena Williams o cómo la penalización por maternidad te hace pasar del puesto 1 al 453
El primer Grand Slam que juega tras dar a luz no la ha incluido entre las cabezas de serie

Cuando Serena Williams dejó el circuito por su embarazo era la número 1 del ranking de la WTA. Una hija y catorce meses después, durante los que pasado por un parto y postparto bastante complicados, ocupa el puesto 453 y está jugando la fase previa del Roland Garros. El motivo es que el torneo ha decidido que no sea cabeza de serie.
Detrás hay una normativa de la Women's Tennis Association, fundada en 1973 por la combativa Billie Jean King y un grupo de compañeras, que no protege demasiado bien a las tenistas que han sido madres. El reglamento considera el embarazo como una lesión. Si bien las jugadoras pueden beneficiarse de la existencia de un ‘ranking protegido’ que les permite acceder, en caso de lesiones largas (por lo visto también embarazos) que conlleven una baja de más de seis meses, al cuadro final de ocho torneos sin pasar por la previa (Serena ya jugó Indian Wells y Miami), no se respeta el puesto que tenían cuando dejó el circuito. Esa norma, según la WTA, se encuentra “en proceso de revisión para 2019”.
La decisión de que las jugadoras en esa situación sean cabeza de serie o no depende de cada torneo. Y la organización de Roland Garros ha decidido que Williams, la persona (hombre o mujer) que mejor ha jugado al tenis en la historia, según Roger Federer, que algo sabe del tema, no lo sea.
Otras tenistas como Maria Sharapova o la actual número uno, Simona Halep, ya han pedido que se cambie ya esta regla para proteger a las jugadoras que decidan ser madres.