La OMS alerta del aumento del sedentarismo entre las mujeres
La brecha de género en este ámbito crece y ya es de ocho puntos

La Organización Mundial de la Salud ha publicado los resultados de su primer análisis de la evolución de la actividad física a nivel global, y sus conclusiones no son para nada alentadoras: cada vez nos movemos menos y la salud de buena parte de la población de los países desarrollados está por ello en riesgo. En concreto, la OMS indica que más de una cuarta parte de la población mundial (27,5%), es decir, unos 1.400 millones de personas, puede tener problemas de salud por la falta de actividad física.
Pero más preocupante es la tendencia, que no es para nada positiva. Este siglo comenzó con una tasa de población sedentaria del 28,5% a nivel global. La OMS se había propuesto que para 2025 se redujera diez puntos, un objetivo imposible visto que de momento solo ha disminuido un punto.
Eso si hablamos en términos generales, porque si nos centramos en las mujeres, su tasa de inactividad no solo no ha caído, sino que ha aumentado en lo que va de siglo y ya supera en ocho puntos a la de los hombres. En 2001 los hombres sedentarios eran el 25,5% y las mujeres, el 31,5%. En 2016, los hombres sedentarios eran el 23,4% y las mujeres, el 31,7%
Solo en 9 de los 168 países estudiados las mujeres se mueven más que los hombres. No es el caso de España, donde el porcentaje de población sedentaria es del 22,9% entre los hombres y del 30,5% entre las mujeres.
El análisis de los OMS propone varias explicaciones a esta brecha de género. La primera es la distinta participación femenina y masculina en diferentes tipos de la actividad (en el trabajo, en el hogar, el transporte y el tiempo de ocio). “Investigaciones previas indican que las mujeres tienden a una menor actividad y de menor intensidad en su tiempo libre que los hombres”, indica el informe, que propone como solución ofrecer a las mujeres más oportunidades para que practiquen deporte de forma segura y accesible. Asegura también que "las normas culturales, los roles tradicionales o la falta de apoyo social y comunitario” están detrás de esa menor participación de las niñas y las mujeres en la actividad física. Por ello, dice el informe, si de verdad queremos alcanzar los objetivos globales de actividad será necesario “comprender y abordar esa barreras para planear y ofrecer acciones culturalmente sensibles que apoyen un cambio de comportamiento”.
La diferencia no es solo de género, también hay una gran distancia entre la actividad física de la población de los países ricos y los de ingresos bajos: la tasa de sedentarismo de los primeros dobla a la de los segundos (31,6% frente al 16,2%) y sigue aumentando de forma alarmante.
La OMS recuerda que la inactividad física supone un problema grave de salud, ya que está relacionada con un riesgo mayor de desarrollar enfermedades y trastornos como hipertensión, obesidad, diabetes, infartos y diferentes tipos de cáncer.