Escocia se convierte en el primer país del mundo en ofrecer tampones y compresas gratis
El gobierno invertirá 5,2 millones de libras en ello

En julio del año pasado se puso en marcha en el municipio escocés de Aberdeen un programa que garantiza a las mujeres sin recursos el acceso a tampones y compresas. Ahora el gobierno ha decidido ampliar ese proyecto piloto a todo el país y también a las estudiantes. Escocia se convierte así en el primer país del mundo en garantizar a sus ciudadanas el acceso a los productos de higiene femenina.
El proyecto piloto que se ha llevado a cabo en Aberdeen, una de las ciudades más pobladas del país, contaba con una financiación inicial de 42.500 libras y suministró productos de higiene y femenina a más de 1.000 mujeres sin recursos. Ahora la medida, que contará con un presupuesto de 5,2 millones de libras, se ampliará también a las estudiantes de colegios, institutos y universidades.
Cada vez son más las iniciativas en todo el mundo que exigen que se reconozca que tampones y compresas (o alternativas en auge como la copa menstrual) son bienes de primera necesidad, y que como tales deberían estar subvencionados o al menos exentos de impuestos o, en el caso de España, no sometidos a un tipo del 10%, frente al 4% que se aplica a los productos considerados como de primera necesidad (como el pan, la leche, los medicamentos o los libros). En Canadá, por ejemplo, se eliminó en 2015 los impuestos que los gravan. En Estados Unidos, estados como Nueva York, Massachusetts, Minnesota, and Illinois también lo han hecho. Y la ciudad de Nueva York se convirtió hace un par de años en pionera al garantizar el acceso a los productos de higiene menstrual en escuelas públicas, refugios para sin techo y prisiones. Pero el gobierno escocés es el primero que lo hace a nivel nacional.
“En un país tan rico como Escocia es inaceptable que alguien deba luchar para comprar productos sanitarios básicos”, aseguró Aileen Campbell, communities secretary del gobierno escocés, al comentar la medida. Una reciente encuesta del grupo Women for Independe descubrió que es algo que le pasa a una de cada cinco escocesas, que no pueden afrontar el gasto de los productos para la menstruación y se ven obligadas a utilizar alternativas como trapos o ropa vieja.
La situación es aún peor en países pobres o en zonas de conflicto, donde tener la regla se convierte cada mes en un reto para las mujeres. En el caso de las jóvenes en edad escolar, las aparta incluso de los estudios durante esos días. En India se calcula que el 12% de las mujeres menstruantes no pueden pagar estos productos. En Kenia, el 50% de las chicas en edad escolar no tienen acceso a compresas o tampones.