Estas trece mujeres corren su propio Tour de Francia (entre ellas, una española)
Lo hacen por su cuenta y riesgo, jugándose el tipo en la carretera sin el respaldo de una organización

Desde hace cuatro años, un grupo de mujeres ciclistas realiza su particular Tour de Francia. Particular no por diferente, sino porque ellas se lo guisan y ellas se lo comen. Completan las mismas etapas y kilómetros que los hombres, solo que lo hacen un día antes y sin el respaldo de una organización como la que tienen ellos. El motivo es que no es una prueba oficial. Lo organiza el proyecto ‘Donnons des elles au vélo J-1’, nacido en el seno del Club Omnisport de Courcouronnes Cyclisme Fémenin (COCCF), cuyo objetivos es promover el ciclismo femenino e intentar lograr cobertura mediática, aunque en esto parece que de momento no tienen demasiado éxito.
Este año son trece las mujeres que, desde el pasado 6 de julio y hasta el 28, recorrerán 3.329 kilómetros divididos en 21 etapas. Son once francesas, una ucraniana y la española Anna Barrero.
La carrera ciclista más prestigiosa del mundo, el Tour de Francia, al igual que otras como la Vuelta a España, ha dejado históricamente de lado a las mujeres (a excepción de las azafatas, claro está). Como recordaba Ander Izagirre, autor de Plomo en los bolsillos, en un reciente artículo en Pikara, ni siquiera se permitió la presencia de mujeres en la caravana del Tour masculino (ni como masajistas, ni como entrenadoras o asistentes) hasta la década de los ochenta.
Sí existió en Francia una carrera profesional femenina por etapas, aunque organizada de aquella manera. El primer amago tuvo lugar en 1955: cinco etapas que acabaron con la victoria de la inglesa Millie Robinson. Izagirre apunta que el propio organizador explicó que “las mujeres no saben demarrar, pedalean tranquilamente como si fueran de compras, hablan demasiado”. El diario deportivo L’équipe apoyó la decisión: “Ha triunfado el sentido común. Las mujeres se deben conformar con las competiciones que ya se celebran y con el cicloturismo, que se corresponde mucho mejor a sus posibilidades musculares”. La organización del Tour hizo otro intento entre los años 1984 y 1989. Desde entonces y hasta el 2009, la carrera se celebró con interrupciones, cambios de formato, de nombre (Tour de la CEE femenino, Tour ciclyste feminin o Grande Boucle) y poco presupuesto. La española Joane Somarriba la ganó en varias ocasiones. Luego desapareció.
Actualmente, el Giro Rosa (que, por cierto, también se está corriendo ahora) es la única carrera femenina de más una semana, tras la desaparición de la Grande Boucle y del Tour de l’Aude femenino, aunque hay otras pruebas más pequeñas.
El equipo de Donnons des elles au vélo J-1 ya ha completado las primeras seis etapas del Tour (hoy harán la séptima). Y puede que todavía no consigan la misma cobertura mediática que los corredores, pero al menos no harán el viaje solas. El año pasado, cerca de cuatrocientos ciclistas (mujeres y hombres) las acompañaron en parte del recorrido en señal de apoyo.