Así te maquillas, así te valoran
El tipo de maquillaje determina cómo se percibe el carácter y la capacidad profesional de las mujeres

Aunque no nos guste reconocerlo, lo cierto es que seguimos juzgando el libro por la cubierta. En el caso de las mujeres, por la ropa y el maquillaje que utilizan, entre otras cosas. Y más allá de las percepciones subjetivas, lo hacemos en función de unos patrones culturales.
Recientemente se han publicado los resultados de un experimento realizado por la Universidad de Abertay en Escocia que demuestra cómo se juzga a las mujeres en función de la cantidad de maquillaje que llevan. En él participaron 168 voluntarios de ambos sexos a los que se les mostraron imágenes de las mismas mujeres con mucho maquillaje, con uno más ligero y con la cara lavada. A continuación se les pidió que calificaran la capacidad de liderazgo de esas mujeres. Resultado: tanto ellos como ellas valoraron peor las imágenes en las que las mujeres llevaban mucho maquillaje. Todos coincidieron en señalar a las que parecían poco o nada maquilladas como mejores líderes.
Según el doctor Christopher Watkins, responsable principal del estudio, frente a investigaciones anteriores que indican “que nos inclinamos a mostrar más deferencia hacia las mujeres con un aspecto agradable” -lo que tampoco es necesariamente falso-, esta sugiere que el maquillaje no contribuye precisamente a potenciar la imagen profesional de la mujer. Watkins aclara que su intención no es “promover ningún juicio de valor” en cuanto a la conveniencia de utilizar maquillaje o no. “Depende de cada mujer y de cómo se sienta más cómoda”, asegura. Aunque sus resultados demuestran que en realidad ese juicio de valor ya se hace. Tendemos a sacar conclusiones sobre el carácter e incluso la capacidad profesional de las personas en función del aspecto.


Un experimento similar financiado en 2011 por Procter & Gamble, y realizado por investigadores de las universidades de Harvard y Boston y el Dana-Farber Cancer Institute, concluía lo mismo. En ese caso también se pidió a sujetos de ambos sexos que valoraran imágenes de mujeres con tres tipos de maquillaje, que los investigadores denominaron natural, profesional y glamuroso. Este último fue el peor valorado en términos de confianza y respetabilidad. “Si llevas un look glamuroso deberías saber que puedes parecer más atractiva”, aseguraba una de las responsables de la investigación, Nacy Etcoff, autora también del libro La supervivencia de la más guapa, cuya teoría es que la búsqueda de la belleza es un imperativo biológico y también cultural. Pero, por otro lado, “podría producirse una caída de la confianza”.
“En la cultura actual, la cosmética es vista como una elección libre y moralmente neutral”, concluye el informe. Sin embargo, ¿es completamente libre? “Cuando vemos un rostro maquillado, los observadores hacen inferencias basadas no solo en el efecto de los cosméticos sobre la simetría, la claridad de la piel o cómo acentúa los rasgos, sino también en sus ideas sobre el uso del maquillaje y lo que podría significar respecto a la personalidad, el carácter y las intenciones de las personas”.
Ninguna novedad, en realidad. Hay constancia del uso de cosméticos ya en el antiguo Egipto, y la actitud respecto a ellos ha ido cambiando a lo largo de la historia. En la Inglaterra del siglo XVIII, por ejemplo, se consideraban tan eficaces a la hora de engañar a los hombres que el gobierno llegó a proponer una ley que permitía anular los matrimonios por esta causa e igualaba las penas por el uso de esencias, cosméticos o pinturas a las de la práctica de la brujería.
Eso sí, su uso está en la actualidad mucho más extendido. De hecho, las españolas gastamos cada vez más en maquillaje. En el primer semestre del año pasado, unos 304,4 millones de euros, según Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética. En 2016, el último ejercicio del que existen datos completos, la inversión fue de 649 millones de euros. De hecho, el segmento de cosmética de color, que integra productos como maquillaje facial, labios, uñas y ojos, fue el que más creció (+8%) dentro del sector belleza. La asociación indica que probablemente impulsado por la moda del selfie y la importancia de la imagen personal en redes sociales.