Muere el icono del feminismo, y casi no nos enteramos
Rosie la Remachadora ha inspirado canciones, películas y miles de imágenes, pero su auténtica identidad permaneció décadas en el anonimato

Fue un icono cultural durante la Segunda Guerra Mundial, un símbolo del desembarco de la mujer en el mundo laboral y en los ochenta fue recuperada como imagen de la lucha feminista. Rosie the Riveter (Rosie la Remachadora, en español), la mujer con mono azul, pañuelo rojo, puño en alto y actitud desafiante, nos ha acompañado desde los años cuarenta del siglo pasado, pero hasta prácticamente anteayer no se supo quién era ella.
La auténtica Rosie es en realidad Naomi Parker Fraley, una camarera de California que ha fallecido este sábado a los 96 años. Fraley nació el 26 de agosto de 1921 en Tulsa (Oklahoma). Vivió en Nueva York, Missouri, Texas, Washington, Utah y California, antes de que su familia se estableciera en Alameda (California). Cuando tenía 20 años trabajó, junto a su hermana Ada, en la base aérea de Alameda, concretamente en la zona de reparación de aviones. Fue allí donde en 1942 un fotógrafo de la agencia Acme la inmortalizó con el pelo atado con un pañuelo rojo. Esa foto luego inspiró al artista J. Howard Miller para crear el famoso cartel We can do it!, con el que durante la Segunda Guerra Mundial el gobierno estadounidense animó a sus compatriotas a ocupar los puestos de las fábricas que los hombres dejaban libres al marchar al frente, para poder seguir alimentando así la maquinaria de la guerra.
Durante décadas se creyó que Geraldine Hoff Doyle era la mujer del cartel. Incluso el Women History Hall of Fame la reconoció oficialmente, y cuando murió en 2010, hubo una vigilia mundial por ella. Fue el académico James J. Kimble, profesor de Comunicación en la Seton Hall University, quien descubrió la identidad de la verdadera Rosie, que después de la guerra trabajó como camarera en Doll House, un restaurante en Palm Springs, California. Encontrar la foto original y a la mujer que en ella posaba le costó seis años de intensa búsqueda.
Kimble contaba que cuando en febrero de 2015 se entrevistó finalmente con ella comprobó que Fraley tenía una sensación agridulce sobre Rosie: estaba orgullosa de haber formado de alguna forma parte de la revolución femenina, pero también resentida porque el nombre de otra se identificara con su imagen. Afortunadamente, y aunque con casi 75 años de retraso, la verdad salió a la luz y ahora podemos despedir a la auténtica Rosie la Remachadora.








