Ya está aquí la ‘app’ que garantiza el consentimiento sexual
Desarrollada por una empresa holandesa, establece lo que cada uno está dispuesto a hacer en la cama

Las autoras del polémico manifiesto publicado la semana pasada por un centenar de intelectuales y mujeres del arte francesas que criticaba el movimiento #YoTambién con el argumento de que había ido demasiado lejos (Catherine Denueve, por cierto, ha pedido disculpas a las víctimas de acoso por haberlo firmado) bromeaban con ello. En referencia a la nueva legislación sueca que exige consentimiento explícito antes de las relaciones sexuales, el texto decía: “Un poco más y dos adultos que quieran dormir juntos tendrán que firmar, a través de un app en su teléfono, un documento en el que las prácticas que acepten y las que rechacen queden debidamente registradas”.
Bien, pues a una empresa holandesa ya le había parecido que, dado el lío que algunos parecen tener sobre lo que es sexo consentido, la idea de una aplicación que verifique el consentimiento antes de las relaciones es una buena idea. La aplicación se llama Legal Fling, se basa en la tecnología blockchain y está en fase beta.
El acuerdo recoge lo que cada uno está dispuesto a hacer o no para establecer unos límites claros para ambos. Útil, según sus responsables, para casos en los que alguna de las partes admita el sexo, pero no, por ejemplo, que se le hagan fotos o mantener relaciones sin preservativo. El funcionamiento es sencillo: una de las partes lanza la petición a su pareja sexual vía mensaje. Si esta la acepta, acepta esas condiciones.
La empresa responsable, Legal Thing, una startup dedicada a la digitalización de los procesos legales y fundada, por cierto, por tres hombres, ya ha adelantado que está trabajando en una función basada en la voz para que el consentimiento pueda ser también verbal. Si pueden seguir adelante, porque el proyecto ya está generando polémica. Voces del sector tecnológico ya se han apresurado a criticarlo, asegurando que solo busca notoriedad, que no es la mejor aplicación de la tecnología blockchain y que lanzarse a resolver vía tecnología un problema social real sin una reflexión previa no es lo más correcto.