Padres que trabajan desde casa nos cuentan cómo han sido 'boicoteados' por sus hijos
Tenemos niños que vomitan, desmienten a sus padres o contestan llamadas de periodistas

Que levante la mano el padre o madre con hijos pequeños que trabaje desde casa y al que sus criaturas no se la hayan liado alguna vez. El teletrabajo y pasar más tiempo con los niños puede ser una bendición, pero también dar pie a situaciones incómodas. No tan virales como la protagonizada por los niños del profesor de la BBC, pero sí bastante embarazosas. Hemos pedido a padres que compartan con nosotros sus anécdotas. Aquí van algunas:
Mónica de la Fuente es fundadora de la plataforma de blogs Madresfera
“Cada mañana hacemos un podcast en directo. Precisamente la semana pasada estábamos hablando de cómo comer sano cuando entró el hijo de nuestro productor contando que su hermana había vomitado. Se puede escuchar en el minuto 35.50”.
Eva García es CEO de la consultora Commpy
“Un día estaba esperando una llamada muy importante de un periodista de Expansión. Llamaron al teléfono del despacho y yo estaba preparándole a mi hijo Nico la merienda. Ni corto ni perezoso cogió el teléfono y le dijo al periodista que llamara más tarde, porque le estaba haciendo un bocadillo de Nocilla y eso sí que era importante. El periodista se lo tomó bien, pero fue un corte. Otra vez estaba en una conference call haciendo un brainstorming por Skype con mi equipo. Nico entró y dijo que quería sentarse conmigo para ayudarnos. Al final nos dio una idea superbuena que vendimos al cliente”.
Eva Bailén es ingeniera de telecomunicaciones y autora de ‘Cómo sobrevivir a los deberes de tus hijos’
“Desde que inicié la campaña de los deberes justos, varias cadenas de televisión han venido a grabar a mi casa. Un día quedé con el equipo de un canal de televisión para que grabaran a mi hijo haciendo deberes a la vez que me entrevistaban. Esa tarde, después de las clases llegaron a casa dispuestos a grabar al niño sentado en la mesa, delante de una montaña de deberes... pero mi hijo tenía otros planes. La época mala de deberes ya había pasado (lo cambié de colegio), y esa tarde por fin había hecho planes para ir al cine con un amigo. Se negaba a sentarse delante de los cuadernos y los libros, estaba eufórico y no paraba quieto, no quería de ninguna de las maneras fingir que hacía deberes. La reportera, los cámaras y yo tratábamos de convencerle para que se dejara grabar, y entonces... se puso a jugar a Clash Royale en el móvil ¿Quien dijo que mi niño tenía demasiados deberes? ¿Fui yo?”
Laura Ordóñez es la fundadora de la empresa Spanish Vía Skype, que ofrece formación en español a través de Skype
“Soy autónoma desde hace diez años, así que tengo algunas anécdotas con mis hijas. Por ejemplo, cuando Martina tenía dos años se coló en mi despacho mientras yo hablaba por Skype con un potencial cliente y por supuesto me empezó a pedir a gritos que la cogiera en brazos, mientras yo seguía hablando en inglés con este señor de Estados Unidos. Al final, tuve que pedirle que me disculpara un segundo, la cogí y se la llevé de vuelta a su padre (también es autónomo), que estaba hablando por teléfono con su mayor cliente. Durante unos segundos, los dos estuvimos haciéndonos señales para el que otro se la quedara. Al final gané yo y él la cogió mientras continuaba hablando con su cliente. Otro día Martina se puso mala, así que no fue a la guardería. Yo llevaba toda la semana esperando la llamada de un posible cliente (antes trabajaba como consultora de comunicación freelance) y casualmente me llamó esa mañana para ‘ametrallearme’ a dudas sobre la nueva revista corporativa que quería que hiciera para su empresa. Me puse muy nerviosa porque quería ofrecer una imagen de profesionalidad (un amigo me había recomendado), así que decidí salir a la terraza, cerrar la puerta y hablar tranquilamente con este señor. Cuando Martina se dio cuenta, empezó a llorar mientras aporreaba la puerta. Así estuve varios interminables minutos”.
Usúe Madinaveitia es periodista, creadora de la plataforma Mujeres Periodistas y del movimiento #mamiconcilia
“Estaba haciendo un Skype con la Fundación Másfamilia, ultimando los detalles del lanzamiento del proyecto #miempresaconcilia. De repente, mi hijo Unax entró en la habitación y me preguntó qué hacía. Al contestarle que estaba hablando por Skype dio por hecho que era con los abuelitos, se asomó y saludó. En Másfamilia habían oído hablar mucho de él, así que le saludaron con total naturalidad. Se sentó en mis rodillas y rematamos la reunión con un invitado muy especial. Al despedirnos, dos empleados de Másfamilia que conocían de oídas a mi hijo y que le habían escuchado hablar, entraron en la sala de reuniones y le saludaron también. Un final muy familiar a una reunión sobre conciliación. Otra vez estábamos en Barcelona para presentar #papiconcilia. Era el primer evento en el que Carlos (mi marido) y yo interveníamos en la misma mesa redonda. Al vernos en el escenario, nuestro hijo Unax, que estaba a cargo de una mamá amiga que tiene tres hijos, decidió unirse a la mesa redonda. Tuvimos que turnarnos para subir y bajar del escenario en función de a quién fueran dirigidas las preguntas. Lo mejor es tomarse estas situaciones con naturalidad. Cada vez serán más habituales. Lo bueno de trabajar en un proyecto sobre conciliación es que te rodeas de gente familiarmente responsable y en entornos flexibles”.
Igor Fernández-Cavada es director de nuevo negocio de Commpy
“Un día tenía que llevarle una cosa urgente a un cliente y para sacar al niño de casa tuve que decirle que íbamos al parque. Cuando estábamos de camino en el coche me llamó el cliente y, hablando por el manos libres, le dije que iba para su oficina. Entonces Nico soltó: ‘Papa no se dicen mentiras, nosotros vamos al parque". Me quería morir. En enano tenía dos añitos y cero filtros”.
Majé López es fundadora de la consultora Bluechip
“Mi peque Zipi es tranquilo y mi peque Zape es lo contrario. Agua y aceite que se quieren pero pelean como hicimos todos los hermanos. Y en medio, mamá con su móvil hablando. ¿Que es un cliente? ¡Pero si yo soy tu hijo! Hazme caso, mamá. Deja el móvil. Y tú intentas silenciar y seguir escuchando y le das al botón de FaceTime. Y tu cliente ve que con una mano intentas desesperadamente que se calle haciendo ‘shhhh’ con el dedo. Pero como sigues hablando, va tu peque, te cuelga el teléfono o te lo quita para decir: mamá, quiero merendar, mamá dile a Nico que pare, mamá dile a Mauro que comparta, mamáaaaa, mamáaaa…. Ya ni me pongo colorada. Hacer una sesión de Skype, pedir a tu hijo mayor que controle al pequeño y ni p.… caso. Allí aparece saludando por la pantalla. Eso que visteis en la tele es muy normal en mi casa. La suerte es que en creatividad y publicidad eso hace sonreír al cliente. Si le sumas dos perros que si los niños chillan se ponen a ladrar, tienes el hilo musical de lo que es trabajar desde casa. Así que te quedan las noches (bendita calma) y el tiempo de cole”.