¿Por qué el sida se ceba con las mujeres africanas?
Hoy se celebra el Día Mundial del sida, enfermedad que sigue aumentando de manera significativa entre las mujeres jóvenes

Según datos de ONU Sida, a nivel global, el 51% de los adultos que conviven con el VIH son mujeres. Una buena parte de ellas son africanas. Lo más alarmante es que la enfermedad sigue aumentando entre ellas, especialmente entre las más jóvenes. En el África Subsahariana, las mujeres representaron el 56% de las nuevas infecciones entre adultos el año pasado y el 66% entre los jóvenes de 15 a 24 años. En Europa fueron el 22% de los infectados entre adultos y el 29% entre los jóvenes.
¿Por qué caen las tasas de contagio entre las mujeres europeas mientras siguen siendo tan altas entre las africanas? Varios factores lo explican.
El VIH afecta de manera desproporcionada a algunos grupos concretos de mujeres. Las trabajadoras sexuales, por ejemplo, tienen catorce veces más probabilidades de resultar infectadas que otras mujeres en edad fértil. De los datos proporcionados por una treintena de países se desprende que la prevalencia entre las mujeres que se inyectan drogas es de un 13%, frente al 9% en el caso de los drogadictos.
La violencia contra mujeres y niñas aumenta su riesgo de contraer el VIH. Un estudio realizado en Sudáfrica estableció una relación entre una conducta controladora y una elevada prevalencia del VIH. Las mujeres que viven el virus tienen mayor probabilidad de sufrir violencia, incluyendo violaciones de sus derechos sexuales y reproductivos. En algunos países, hasta un 45% de las adolescentes declaran que su primera experiencia sexual es forzada. En al menos catorce países se ha informado sobre casos de esterilización involuntaria y obligada y de aborto forzado entre mujeres que viven con el VIH.
Las normas jurídicas influyen directamente sobre el riesgo de contraer el VIH. En muchos países donde las mujeres tienen mayor riesgo, las leyes que las protegen son débiles. “Muchas veces aconsejar sobre el uso del condón a las mujeres y concienciarlas del riesgo que supone no usarlo es inútil, ya que la mayor parte estas mujeres no tienen la posibilidad real de decidir si lo usan” asegura Ana María Mateo, portavoz de Médicos del Mundo. Lo primero para que esta situación cambie es “trabajar en el empoderamiento de las mujeres para que puedan tomar decisiones relativas a su salud” afirma Mateo, que cree que es aquí donde Europa falla a la hora de luchar contra el Sida en África.
Por ejemplo, el acceso de las mujeres a los derechos de propiedad y herencia puede ser fundamental en la prevención del VIH. Un estudio de referencia llevado a cabo en nueve países (Camerún, Ghana, Kenya, Malawi, Nigeria, Rwanda, la República Unida de Tanzanía, Uganda y Zimbabwe) descubrió que el estigma asociado a la condición seropositiva era un elemento de disuasión muy importante a la hora de reclamar derechos de propiedad y sucesorios o de emprender acciones legales por dicho motivo. Unas leyes penales discriminatorias relacionadas con el VIH que pueden afectar de manera desproporcionada a las mujeres a través, por ejemplo, del sometimiento a pruebas prenatales que pondrían en evidencia su estado de salud, cosa que no sucede en el género masculino. Las madres seropositivas son criminales ante todas las leyes del VIH de África Occidental y Central, que explícita o implícitamente les prohíben estar embarazadas o amamantar para no transmitir el virus al feto o al niño.