¿Os acordáis de La Motera? Hace poco os presentamos a Marta Insausti, una empresaria que se ha propuesto dar la vuelta al mundo en moto (recorrerá veintiún países y 37.000 kilómetros) a lo largo de un año, recaudando, además, fondos para sendos proyectos de la Fundación Vicente Ferrer y Cris Contra el Cáncer. También dijimos entonces que desde Mujeres a Seguir iríamos contando cómo le va en su aventura. Pues bien, en estos primeros días Marta ha podido comprobar que los planes no siempre salen como una ha pensado, pero a veces los desvíos acaban resultando mejor.

Aunque le costó un poco arrancar, La Motera salió de Madrid un par de días después de lo previsto y puso rombo a los Pirineos. Pasó su primera noche en Zaragoza y tenía previsto hacer la segunda en Puigcerdà, aunque al final no fue así. “Es lo que tiene reservar hotel sobre la marcha, y hacer más caso al Tom Tom del que se merece. ¡Lección aprendida! Los ‘pueblos de al lado’ en Booking no siempre están tan cerca como parece”, contaba en una entrada de  su blog. Al parecer, lo del desvío acabó siendo una feliz equivocación y tras una reparadora noche de sueño en Bagá, Marta Insausti cruzó la frontera.

Perpiñán fue su primera parada en Francia. “Me pareció que tenía ese color indefinido y tristón de las ciudades fronterizas. Cuesta no acordarse de que esa Francia fronteriza recogió a cientos de miles de refugiados españoles”. También pasó por Uchaud, donde le sorprendieron los pictogramas que veía en muchas fachadas. Preguntó en Instagram y otra usuaria, @pattysenarega, le contó que es una tradición del pueblo: cada año los jóvenes pasan por las casas cantando para celebrar su mayoría de edad y al terminar dejan el símbolo de su peña de recuerdo en la pared.