¿Te sientes estancada en el trabajo? No estás sola, casi la mitad de las españolas no han ascendido nunca
El 75% de las profesionales cree que todavía tienen más que demostrar que sus compañeros varones

Casi la mitad (45,2%) de las mujeres españolas nunca ha ascendido en su empresa, aunque el 37% lleve allí más de seis años y el 61% sea mayor de 40 años, por lo que, en principio, tendría la experiencia laboral necesaria para lograrlo. Además, siete de cada diez (68%) sí quiere ascender, independientemente de su edad y de si tienen hijos a su cargo.
Los datos son del ‘Observatorio de la mujer profesional en España’ realizado por EAE Business School. La escuela de negocios ha encuestado a más de 800 profesionales de entre 20 y 60 años, con estudios universitarios y residentes en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y Zaragoza, para descubrir cuáles son las barreras que obstaculizan su desarrollo profesional. La mitad de ellas consideran que su negativa a entrar en “los juegos políticos” tiene que ver con ello, lo que indica que, en muchas organizaciones, la famosa meritocracia es una entelequia, es decir, que los ascensos no dependen únicamente de criterios como la experiencia o la formación. Otros factores que, según las mujeres, dificultan su progreso son la falta de visibilidad del potencial (40%) y el estilo de liderazgo de la compañía (35%)
Más que demostrar
El techo de cristal sigue siendo, por tanto, una realidad para muchas profesionales. La mitad de las consultadas consideran que sus compañeros han tenido un progreso más rápido gracias, sobre todo, a que ellos tienen menores responsabilidades familiares y a que la brecha de género está institucionalizada en muchas compañías y organizaciones. Un dato que lo demuestra: solo el 8% de los padres dice haber visto afectada su carrera por la crianza, porcentaje que sube hasta el 47% en el caso de las mujeres.
A esto se suma que en muchos ámbitos las mujeres todavía sienten que tienen más que demostrar que sus compañeros varones. El 75% lo cree así. Son muchas las que sienten subestimada su capacidad de liderazgo y que la presión por equilibrar la vida personal y profesional juega en su contra.
Pese a todo, el 77% de las mujeres se muestra dispuesta a ocupa un puesto directivo, incluso aunque nunca haya sido ocupado por una mujer. Entre las que rechazarían un ascenso por el estrés y la carga que suponen este tipo de cargos son mayoría las que tienen hijos y las más jóvenes, lo que podría ser una señal del cambio de prioridades entre las nuevas generaciones.