Natalia Cabrera (Lékué): “Las falsificaciones son un problema, pero bendito problema. Si nos copian es porque lo hacemos bien”
La nueva directora general de Lékué busca convertir la icónica marca de productos de cocina de origen catalán en un referente a nivel global

Cuando un headhunter la tanteó para el puesto de directora general de Lékué, Natalia Cabrera vio clara la oportunidad. No solamente era fan de sus productos, también estaba en un momento en el que buscaba nuevos retos, y el que la proponía la marca de origen catalán, convertirse en una enseña global tras su integración en la multinacional holandesa Brabantia, era de los que no se pueden dejar pasar. “Querían dar una vuelta a las estrategias de marketing y ventas para llevar los productos de Lékué a todos los rincones del mundo, apoyándose en la red comercial de Brabantia. Me gustó la idea y me gustó la empresa que me encontré, fuerte y con ganas de invertir para conseguir ese crecimiento. Yo ya conocía Lékué como usuaria, pero en ese momento profundicé más en su gama de producto, y me pareció una pasada. También conocí a todo el equipo y vi lo comprometido y lo preparado que estaba. Me pareció que tenía todos los ingredientes para que saliera un buen plato”. Así, el pasado verano, y tras dos décadas ocupando puestos de responsabilidad a nivel nacional y europeo en Garmin y Targus, Natalia Cabrera se convirtió en directora general de Lékué.
Durante tu carrera has ocupado puestos de responsabilidad en las áreas de comercial y marketing, pero es la primera vez que diriges una empresa. ¿La experiencia es muy diferente?
La verdad es que no. Para mí, la clave es rodearte de buenos equipos, empoderar a esos equipos y saber cómo estar ahí para ayudarles cuando te necesiten. También dar directrices claras y los recursos necesarios para que las sigan. No cambia mucho que lo hagas a nivel de área o desde una dirección general.
¿Ser directora general era algo a lo que aspirabas o más bien estabas en el momento adecuado en el sitio adecuado?
Soy una persona que nunca ha ido buscando ‘lo siguiente’. Por las circunstancias, me he encontrado a personas que me han visto preparada, han confiado en mí y me han ido dando oportunidades. En este caso ha pasado lo mismo. Yo acababa de hacer un MBA en ESADE que me había abierto los ojos sobre lo mucho que han cambiado las cosas desde que estudié. Tenía ganas de poner en práctica todo lo que había aprendido y al conocer Lékué, me dio la sensación de que aquí iba a poder desarrollarme y crecer.
Uno de los objetivos de la marca esta nueva etapa es la internacionalización. ¿Cuáles son, fuera de España, los principales mercados de Lékué?
Somos bastante conocidos en España y Francia, pero queda bastante trabajo por hacer en países como Inglaterra, Holanda o Italia. En la mayoría de ellos hemos tenido presencia a través de distribuidores, pero ahora con Brabantia tenemos un equipo comercial en cada uno de esos países. Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia van a ser, junto a España, los países foco para este año. Creemos que ahí está nuestro principal potencial de crecimiento. La marca ha funcionado muy bien en España. A la gente le gusta los productos y tenemos una propuesta de valor diferente. El reto ahora es trasladar esa propuesta a otros países.
La mayoría de la gente conoce Lékué por los estuches de silicona para cocinar al vapor, pero la marca tiene cientos de referencias. ¿Cuáles son vuestros best sellers?
Hay muchos productos que funcionan muy bien. Por ejemplo, el estuche para hacer palomitas, del que se han vendido 8 millones de unidades en todo el mundo. Creo que es porque las palomitas son muy internacionales, gustan a casi todos y esta es una forma más sana de comerlas que los sobres para microondas, porque de esta forma sabes exactamente lo que le pones al maíz. Algo que también está funcionando muy bien son los kits para hacer helados, o la gama de accesorios para air fryer. Presentamos estos últimos en septiembre del año pasado y el stock se acabó en cuestión de un mes.
"Somos bastante conocidos en España y Francia, pero queda bastante trabajo por hacer en países como Inglaterra, Alemania o Italia"
La gastronomía siempre ha sido una cuestión muy cultural. ¿Hay productos que funcionan mejor en unos países que en otros?
Los productos que van asociados a alimentos muy transversales, como el arroz o la pasta, funcionan bien en todos los sitios. Es el caso del quinoa maker, el rice maker o el pasta maker. En otros productos, la cosa varía. En Francia, por ejemplo, todos los accesorios relacionados con repostería se venden muy bien.
¿Cómo es el proceso de desarrollo de nuevos productos?
Hacemos muchas investigaciones de mercado con consumidores. Vamos a sus casas para entender sus hábitos de uso, dónde encuentran problemas, qué cosas les faltan… Eso llega a un equipo en el que hay diseñadores de producto y una chef. Ellos buscan maneras de cocinar los alimentos de forma más fácil y con más sabor, para hacerle la vida más fácil al usuario. Nuestro objetivo es que nuestros productos sean innovadores y, además, darles un toque sorprendente. Todos tienen detalles que marcan la diferencia. Por ejemplo, nuestros recipientes de almacenaje tienen un accesorio flip que permite ampliar su capacidad
¿Os preocupan las falsificaciones?
Es un problema, pero bendito problema. Si nos copian es porque verdaderamente lo hacemos bien. No deja de ser un poco frustrante, por todo el tiempo que dedicamos a la investigación y el desarrollo de productos. Intentamos proteger los diseños, pero es difícil. Esto nos obliga a mantener un ritmo de innovación mucho más alto del que tienen otros sectores.
¿Cómo es posible que la comida nos interese cada vez más, tengamos a nuestra disposición cada vez más herramientas para cocinar y cocinemos cada vez menos?
Es verdad, queremos cuidarnos y somos cada vez más conscientes de lo que comemos y de los efectos que tiene sobre nuestra salud, pero a la vez tenemos menos tiempo y por eso acabamos tirando de ultraprocesados. Cuando Brabantia adquirió Lékué hicimos una investigación muy profunda sobre lo que la marca representaba para el usuario que reveló que los usuarios nos relacionan con el ‘good food made easy’, es decir, nos ven como una marca que ofrece comida buena y saludable y de una manera rápida, sin mucha complicación. Es una propuesta de valor muy potente para estos tiempos que vivimos y, además, muy atractiva para muchas generaciones. No es solo la gente mayor, los jóvenes también se cuidan más, pero quiere hacerlo de una forma fácil. Intentamos que todos los productos que sacamos respondan a ese ‘good food made easy’. Descartamos muchos por el camino porque no lo hacen.
"Somos cada vez más conscientes de lo que comemos y de los efectos que tiene sobre nuestra salud, pero a la vez tenemos menos tiempo y por eso acabamos tirando de ultraprocesados"
¿Te gusta cocinar?
La verdad es que sí. Tengo cuatro niños y tampoco me queda otra, pero me gusta mucho. Me relajo en la cocina y disfruto viendo comer a los míos. Por eso cuando me llamó el headhunter, y me preguntó si conocía Lékué y Brabantia, le dije que perfectamente. Soy lo que en marketing se conoce como un heavy user.
¿Probáis todos los productos que lanzáis?
Sí, los del equipo hacemos siempre los primeros test. Los que también son para críos se los doy a mis hijos para que también los prueben.
¿Y hay alguno que antes no conocieras y que hayas descubierto recientemente?
A mí me gusta hacer pan, lo hago un par de veces a la semana, y antes dejaba la cocina hecha un desastre porque utilizaba cuatro cacharros. Ahora solo utilizo un estuche de silicona de Lekué en el que directamente puedes amasar, conservar la masa toda la noche en la nevera y, al día siguiente, meterlo en el horno. No sabía lo que me estaba perdiendo hasta que no lo probé.