Las claves para superar el síndrome postvacacional
El regreso a la rutina tras las vacaciones no es fácil, pero estos consejos pueden ayudar
No vamos a negarlo, el final del verano se hace para la mayoría cuesta arriba. La vuelta a la oficina, a la rutina, al despertador, a las obligaciones son cosas que pueden dar vértigo y estresarnos. Por eso, lo conveniente es ir afrontando las cosas poco a poco, para no sentir el agobio y la ansiedad de golpe.
En primer lugar, lo ideal es no regresar de las vacaciones justo el día antes de incorporarnos al trabajo. Apurar en el lugar de descanso hasta el último momento puede resultar tentador, pero no es lo mejor a efectos de adaptación. Y es que lo que nos causa malestar no es solo el regreso a la oficina, sino también todo lo que tenemos que preparar para reincorporarnos a la rutina. Por eso es recomendable, en de los últimos días de descanso, ir ajustando los horarios a lo que es nuestro día a día habitual.
Una vez de vuelta es importante no tratar de abarcarlo todo nada más regresar. Los expertos coinciden en que es mejor es tomarnos las cosas con calma para ir recuperando los hábitos previos. Dedicar tiempo a organizarnos puede ser de gran ayuda. Al llegar al trabajo el primer día, intenta hacer listas de cosas pendientes. Hay infinidad de aplicaciones que pueden ayudarte a optimizar tu tiempo. Es posible que en un primer momento te parezca que has perdido la capacidad de concentración. Pero no te preocupes, todo vuelve.
Existen algunas situaciones que pueden hacernos más propensos a padecer el síndrome postvacacional. Entre ellas, la falta de motivación laboral. Lógicamente, regresar a un trabajo que no nos gusta, siempre será más difícil. Paradójicamente, el haber disfrutado de unas vacaciones largas también puede agravarlo. O que ese periodo supuestamente de descanso haya acabado resultando agotador. Si no hemos descansado lo suficiente, la vuelta puede hacerse todavía más dura.
En estos momentos más que nunca hay que intentar dormir un número adecuado de horas. Los expertos recomiendan entre siete y ocho horas, y no usar pantallas antes de irse a la cama. La alimentación también juega un papel fundamental. Después de días asaltando el chiringuito o disfrutando de comidas copiosas llega el momento de recuperar los buenos hábitos y priorizar los alimentos saludables. Es importante incorporar, entre otras cosas, frutas y verduras a nuestra dieta. También volver a movernos y hacer ejercicio de manera regular.
Aunque parece que cada vez nos cuesta más, desconectar del trabajo es esencial. Una vez termine la jornada, olvídate del móvil y del correo electrónico. Trata de planear actividades con familia y amigos que te ayuden a tener la mente en otro lado. Planificar actividades relajantes como meditar o recibir un masaje también te ayudarán a cargar las pilas. Divertirse y cuidarse un poco un poco resultan siempre un buen estímulo. Seguro que antes de que te des cuenta, estás metido de lleno en tu rutina diaria.