“No he conseguido sacarme la espinita de la vela, me hubiese gustado ir a unos Juegos Olímpicos”
Sofía Basterra (MSC Cruceros) se enfrenta a las 21 preguntas de MAS Directivas

Ha pasado por varias agencias y en la actualidad es responsable de comunicación y desarrollo de redes sociales de MSC Cruceros. Que Sofía Basterra haya acabado trabajando en una empresa de cruceros parece cosa del destino: es una apasionada del mar y la vela y viajar es su gran afición. De momento ha visitado 55 países… y los que le quedan, avisa.
¿Qué querías ser de pequeña? Navegante profesional. Y puedo decir que, aunque no es exactamente mi trabajo, soy una afortunada por poder trabajar a bordo de barcos y cerca del mar.
¿Qué consejo le darías a tu yo adolescente? Mantén una actitud positiva, esfuérzate y disfruta. La única forma de conseguir hacer realidad tus sueños es luchando por ellos.
¿Cómo recuerdas tu primer día de trabajo? Fueron mis primeras prácticas profesionales relacionadas con mi formación. Ese día me impresionó todo. Crucé las puertas de Carat, una agencia global, para ayudar en la gestión de medios de Mattel, junto a un gran equipo, en una oficina internacional y pionera en servicios digitales y marketing. Todo un reto. Sin atener a mi formación, nunca olvidaré mi primer trabajo como entrenadora de vela. Tenía 16 años y ese verano fui muy feliz. Desde entonces siempre he tenido presente la importancia por saber expresar y transmitir pasión de manera positiva. Por aquel entonces lo hacía, verano tras verano, con los niños a los que formaba y hoy lo hago con mis hijos.
¿Quién es la persona que más ha influido en tu carrera? Con casi total seguridad, mis padres. Puede sonar a tópico, pero me han educado en la cultura del esfuerzo y del trabajo. El esfuerzo es innegociable en mi casa y creo que de ahí parte mi inconformismo.
Descríbete con tres adjetivos. Apasionada, exigente y transparente. Los he colocado por orden alfabético, pero los que me conocen saben que no es el orden natural.
¿Qué talento te habría gustado tener? No sé si es un talento, pero me hubiese gustado saber más idiomas. Cierto es que con el español y el inglés puedes comerte el mundo, pero creo que los idiomas, al igual que las culturas, nos aportan una visión amplia y abierta del mundo.
¿Cuál es el mejor cumplido que te han hecho? Los cumplidos a los compañeros por un buen trabajo son la mejor manera de motivarles y de mostrarles reconocimiento, estima y valor. Yo los he recibido de mis jefes y los tengo muy presentes. En casa, cuando mi marido me recuerda lo orgulloso que está de mí.
¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional hasta la fecha? Siento mencionarlo, pero el sector del turismo de cruceros sufrió las consecuencias de la crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19. Fueron meses muy difíciles. La parte positiva fue el tiempo que pude dedicarle a profundizar en los retos que debía afrontar profesionalmente una vez pasase. Ya estamos en plena recuperación y hemos inaugurados cinco barcos nuevos en los últimos dieciocho meses, que se dice pronto.
Si pudieras elegir a cualquier persona, ¿con quién te gustaría trabajar? Con cualquier persona que haya sabido seguir su pasión, escuchar, expresarse, resolver problemas, sin olvidar la creatividad y que transmita positividad. Se me ocurren varias.
¿Y con quién te irías de cañas? ¿Sabes que trabajé en un proyecto que se llamaba exactamente así? Fue una encuesta realizada por Madison Market Research para Cerveceros de España, uno de los clientes con los que tuve la suerte de trabajar desde el lado de las agencias. Pues me iría con Rafa Nadal, por los valores que lo hacen grande.
¿Qué te hace reír? Las gracias inteligentes. Y las cosquillas.
¿Y lo que más te enfada? La mala educación y el despotismo. Creo que es muy importante tratar a todas las personas por igual, independientemente de su puesto de trabajo o condición social. Trata a los demás como te gusta que te traten a ti.
Si volvieras atrás, ¿harías algo de forma diferente? No me gusta mirar atrás. Y, además, tengo la suerte de haber podido participar en todos y cada uno de los pasos que he dado. Estudié en Barcelona porque quería seguir navegando, siendo de Bilbao.
¿Cuál es tu bien más preciado? Sin duda, mi familia y mis amigos. Y la educación que me han dado. La de casa y la académica. He invertido mucho en formarme y en aprender y tengo la sensación de haber enfocado bien mi carrera profesional, con un buen balance con mi vida personal.
¿En qué ciudad te gustaría vivir? Tengo la suerte de haber viajado mucho. He visitado 55 países y los que ojalá me queden. Con todo, me gustaría volver a vivir a mi Getxo natal.
Si eligieses una profesión diferente, ¿cuál sería? No lo he pensado porque me gusta lo que hago. Pero es cierto que no he conseguido sacarme la espinita de la vela… Fui campeona de España, Italia y Francia en 420, formé parte del equipo preolímpico español en la campaña olímpica de Londres 2012 y me hubiese gustado repetir para Río 2016, e ir a unos Juegos Olímpicos.
¿Qué experiencia que todavía no hayas vivido te gustaría vivir? Me encantaría poder irme a trabajar al extranjero. Creo que tanto profesional como personalmente sería una experiencia enriquecedora. Para mi y para mi familia.
¿Qué haces para desconectar del trabajo? Improvisar planes. Con mis hijos, con mis amigos, con mi marido…y viajar. De hecho, él me dice que paso demasiado tiempo organizando viajes que, por h o por b, no terminan de materializarse.
Recomiéndanos un libro, un disco, una serie y una película. Estoy leyendo la saga de las Siete Hermanas de Lucinda Riley. El segundo me ha encantado. Los demás aún no me atrevo a recomendarlos. Un disco, la banda sonora original de Tarzán, de Walt Disney. Phil Collins es único.Una serie, The good wife. Me entretuvieron mucho los personajes y los diálogos. Una película, Mamma Mia! En realidad, cualquiera del género musical.
¿Dónde te ves dentro de diez años? Me gustaría seguir encaminando mi vida hacia dónde la estoy enfocando. Me gustaría seguir siendo capaz de valorar aquello que verdaderamente considero valioso. Es decir, aquello de lo que, pase lo que pase, no querría prescindir para tener una vida plena.