“El perfeccionismo puede convertirse en tu peor enemigo”
Beatriz García Cabañas (Varma) se enfrenta a las 21 preguntas de MAS Directivas

Para una apasionada foodie, trabajar en Varma es toda una suerte. Beatriz García Cabañas lleva cuatro años como responsable de comunicación de la compañía. Antes de eso pasó por empresas como Spotahome o la agencia Burson-Marsteller, donde inició su carrera y trabajó durante una década.
¿Qué querías ser de pequeña? Diplomática o periodista… Y se cumplió la profecía, estudié periodismo para después especializarme en comunicación. Recuerdo que esto fue como a los 8 años. Tengo claro de dónde vino la vocación por el periodismo: de la serie de televisión Periodistas de José Coronado y Belén Rueda, pero también porque mi padre siempre ha sido y es un gran lector de periódicos, el telediario se veía con atención en casa y los sábados eran de Informe Semanal. Sobre el tema de la vida diplomática… tengo dudas, aunque supongo que estará de algún modo relacionado con mi capacidad para mediar, acercar posturas y gestionar conflictos.
¿Cómo recuerdas tu primer día de trabajo? Emocionante y lleno de nervios. Conseguí trabajo en mi primera entrevista, en la empresa en la que había imaginado trabajar desde la carrera y pensé: ¿qué suerte tienes, no? Llegué a esa oficina con todas las ganas de demostrar que, aunque no sabía nada de nada del mundo laboral, iba a poner todo lo mejor de mí.
Descríbete con tres adjetivos. Apasionada, metódica y paciente.
¿Tienes algún talento secreto? No tanta gente sabe que en mí reside un pequeño chef… La estrella Michelín se me queda un poquito lejos, ¡pero por falta de dedicación nada más! Supongo que forma parte de mi pasión por la gastronomía. Disfruto con la comida, con un buen vino o champagne, descubriendo sitios nuevos a los que ir. Mi trabajo en Varma hace perfect match con esta pasión.
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido nunca? Las personas no te recordarán por tus éxitos, sino por tu humanidad y humildad ante los mismos.
Elige una mujer cuya carrera te haya inspirado. No me educaron en la mitomanía sino en la cultura del esfuerzo. Por eso, mis referentes femeninos son mi madre y mi abuela materna, dos mujeres luchadoras, trabajadoras, muy avanzadas para su tiempo y entorno que demostraron que no había barreras ni limites que no se pudieran superar. Espero parecerme a ellas.
Y una empresa (que no sea la tuya) que admires especialmente. Inditex. Me identifico con sus valores y su historia de éxito, basada en la cultura del esfuerzo y cómo un negocio pequeño ha conseguido convertirse en el referente mundial que es, generando un alto impacto positivo en la sociedad.
Si pudieras cambiar una cosa de ti, ¿cuál sería? Aunque no lo eliminaría del todo, si pudiera regular mi nivel de perfeccionismo, no tengo duda de que lo haría. Esta virtud puede convertirse en tu peor enemigo en ciertas ocasiones.
¿Cuál es el mejor cumplido que te han hecho? Sin ninguna duda, cuando mis padres me han dicho lo orgullosos que se sienten de mí por cualquier razón (no solo profesional).
¿A qué hora te has levantado esta mañana? A las 6:30. Encuentro mucha paz en las mañanas, aprovecho para leer la prensa con mi café en la mano, avanzar temas que requieren más reflexión y tener el tiempo suficiente para preparar el día. La pandemia me cambió el biorritmo y por alguna razón, se ha quedado ya conmigo.
Si tuvieses que elegir una profesión diferente, ¿cuál sería? Tengo que confesar que odio esta pregunta. Hubo un tiempo en que a una colega de profesión, Lara Acero, y a mí nos la hacían constantemente y siempre desencadenaba en un giro de guion laboral inesperado para esa persona. Yo siempre respondo lo mismo: la comunicación es algo 100% vocacional y, sobre todo, es la único que sé hacer. Si tuviera que reinventarme, lo que no faltaría de mi parte serían las ganas de aprender algo nuevo y tratar de superarme.
¿Qué te hace reír? Las historias inverosímiles y bien contadas, cargadas de detalles.
¿Y lo que más te enfada? La falta de responsabilidad y de empatía. Son dos cosas que me superan.
¿Sin qué objeto no podrías vivir? Teniendo en cuanta que el teléfono móvil ya no cuenta porque es un bien vital (¿quién podría hoy vivir sin él?), lo siguiente sería el coche. BMW nunca podría contratarme para ser embajadora de su mítica campaña ¿Te gusta conducir?, porque no es algo que me apasione, pero el coche me aporta libertad, es también un lugar donde pienso en muchas de las cosas que tengo que hacer en el día y, aunque el tráfico de Madrid es desesperante, yo he desarrollado un sentido de la calma extremo que hace que no me altere en absoluto.
¿Cuál es tu mejor recuerdo de la infancia? Los veranos en la serranía de Cuenca, de donde es original mi madre. Allí teníamos una casa familiar en medio de un valle, sin vecinos a 6 kilómetros a la redonda, donde se reunía buena parte de la familia y hacíamos cosas que no se podían hacer en la ciudad y que para un niño eran increíbles: salíamos a ver las estrellas por la noche con linternas, nos bañábamos en el helado río Júcar, podíamos desayunar en pijama en la calle –esto era un auténtico shock–, hacíamos excursiones a cualquier parte solos…Imagínate, no había ni teléfono.
Recomiéndanos un libro, un disco, una serie y una película. Un libro: La Economía Longtail, de Chris Anderson. Un disco: soy más de playlists que de escuchar a un único artista en bucle. Una película: Ciudadano Kane, de Orson Welles, por la revolución que supuso para el mundo del cine y la radiografía que hace de William R. Hearst. Una serie: acabo de terminar La Reina Carlota de Netflix y la distopía que plantea me fascina.
¿Qué experiencia que todavía no hayas vivido te gustaría vivir? Me encantan las experiencias de aventura y en las que hay riesgo. La última de estas locuras ha sido tirarme en parapente, a 700 metros de altura, para sobrevolar la bahía de San Conrado en Río de Janeiro. Lo siguiente… me encantaría hacer inmersiones de buceo o tirarme en paracaídas.
¿Cuál es tu lugar feliz? Si el mar está cerca, cualquier sitio cercano a la costa me puede servir. Si solo puedo elegir uno, Marbella es mi lugar feliz. Allí me reconecto, me he encontrado a mí misma muchas veces y acumulo grandes recuerdos con amigos y con mi marido.
¿Qué país te gustaría visitar? Tengo una wishlist interminable: Argentina, la Polinesia Francesa, Australia, Japón… Me da igual el orden, solo dime cuándo tengo que hacer la maleta que estaré lista para emprender el viaje.
¿Dónde te ves dentro de diez años? Creo que la vida no es tantas veces dónde, sino cómo. Yo espero seguir siendo tan feliz como en este momento, con más experiencia y con la misma ilusión por crecer profesionalmente ante cualquier reto.