¿Cuáles son los puestos más difíciles de cubrir?

Siempre que buscamos una posición de seniority que requiera mucho expertise resulta difícil. Además, en tecnología las cosas cambian mucho. En el pasado se hablaba de Java, de SAP, luego se produjo la explosión del mobile y ahora tendencia es la inteligencia artificial, el metaverso, etcétera. Siempre habrá posiciones muy específicas que serán difíciles de cubrir. Por eso tratamos de poner más el foco en el desarrollo de competencias que en la especificidad de lo que buscamos. También fomentamos que la gente siga aprendiendo. Formamos la Globant University, donde seguimos esas tendencias para que los equipos puedan hacer reskilling. Ahí es donde tiene que estar el foco, en la capacidad de aprender y reaprender que necesariamente debe tener la gente que trabaja en tecnología.

¿Qué perfiles y habilidades demandáis ahora mismo? 

Se demandan especialmente las habilidades vinculadas al apoyo de los procesos de transformación digital. Y no son solamente perfiles técnicos. Lo interesante de la tecnología es que requiere de un abordaje cada vez más holístico. Necesitamos personas que vengan de humanidades y sean capaces de entender el comportamiento de los usuarios; otras que vengan de las áreas de análisis de datos y métricas; otras del mundo del diseño para mejorar la usabilidad de lo que hacemos, y personas con la mirada de la diversidad para garantizar que sea inclusivo.  

Por otra parte, está habiendo una oleada de despidos masivos en grandes empresas del sector. ¿Qué hay detrás de este movimiento: es la coyuntura, estaba el sector sobredimensionado, estamos ante un cambio de modelo de negocio…?

Es la pregunta del millón. Ha habido cambios en el modelo de negocio y se están produciendo algunos ajustes. Las empresas también están lanzando mensajes al mercado. Sin duda, la digitalización que se ha producido en todos los sectores ha llevado a exponenciar la industria, y esto tiene un impacto. Ha pasado antes, con las tecnológicas y en otras industrias. Pero creo que esto tiene más que ver con una coyuntura y un contexto particulares. No creo que se trate de un problema de sobredimensión. Y la prueba de eso es que, a día de hoy, esas mismas empresas siguen contratando.

¿Qué podéis hacer las empresas del sector para ayudar a resolver el problema de la falta de mujeres en el ámbito STEAM?

Es paradójico, porque nunca ha habido tanta conciencia de la necesidad de contar con una mirada más amplia, y eso incluye, obviamente, a las mujeres. Y, al mismo tiempo, han caído las matriculaciones en algunas carreras en las que hace quince o veinte años había más presencia de mujeres. Las organizaciones tenemos que seguir evangelizando y comprometiéndonos para acercar la tecnología a las mujeres, sobre todo, a edades tempranas. A veces la tecnología parece demasiado intangible y nuestra obligación es contar para qué sirve y sus usos, que son muchísimos. En Globant vamos a colegios, hacemos jornadas de puertas abiertas invitando a niñas y a jóvenes clubes de programadoras para mostrarles lo que hacemos y cómo trabajamos. Trabajamos de cerca con muchas organizaciones para dar visibilidad a la tecnología y ofrecer oportunidades a través de becas. Entre otras cosas, por nuestra fuerte presencia en Latinoamérica, donde la desigualdad es todavía mayor.

¿Cómo convencerías a una chica para escoger una carrera de este tipo?

En esta industria están las mayores y mejores oportunidades de empleo. Los trabajos de alto valor agregado, como los de este sector, ofrecen una enorme variedad de aventuras distintas entre las que poder elegir. Que alguien estudie tecnología no significa que obligatoriamente se vaya a dedicar a desarrollar software. También tenemos que desmitificar la tecnología, que parece algo muy complejo, casi ingeniería aeroespacial. Aquí hay perfiles más científicos, pero también otros que aportan otras perspectivas, y todos son necesarios.

Tú has desarrollado casi toda tu carrera en el sector. ¿Qué te atrajo de esta industria?

Sí, y el mío no es perfil técnico. Lo que me apasiona de la tecnología es su impacto social, cómo puede mejorar la vida de las personas. Un dispositivo puede avisar a la gente de que se aproxima un terremoto o de que su nivel de azúcar en sangre es alto. La capacidad de transformar el mundo que tiene la tecnología no la tiene ninguna otra industria. Además, creo que no ha habido otra industria tan inclusiva, en el sentido de que, frente al paradigma anterior, que era muy presencial, aquí no importa tu aspecto, tu género ni tus elecciones, solo importa lo que puedas hacer. Es un ecosistema en el que se valora mucho el mérito y se trabaja para que aquellas personas a lo mejor no han tenido determinadas posibilidades puedan tenerlas. Quizá debido a esta escasez de profesionales y a ese mismatch del que hablábamos, es de las industrias que más becas ofrece y más trabaja para acercarse a la gente.

En Globant has trabajado en Latinoamérica y ahora eres responsable de personas para la región EMEA. ¿Te has encontrado retos distintos en estas posiciones?

Existen retos distintos, pero también problemáticas muy similares, como ese gap entre oferta y demanda. Es algo que en Globant siempre hemos trabajado de manera intuitiva. En los primeros años, por ejemplo, abriendo oficinas no solo en las capitales, sino en las ciudades donde había buenas universidades. Nosotros nacimos en Argentina, y allí abrimos oficinas en más de diez ciudades para intentar hacer llegar una oferta de trabajo de alto valor agregado a localidades en las que no había empleo o había pocas oportunidades más allá del empleo público. Lo mismo hemos tratado de hacer en cada país en el que hemos ido abriendo oficinas. Por supuesto que en Latinoamérica existen retos propios por la coyuntura social, política y económica. Cada país y cada región tienen su problemática y es sumamente importante que estemos conectados con la realidad del lugar. En Europa, por ejemplo, ahora se habla más de sostenibilidad que de inclusión, mientras que en América Latina es al revés. Estamos en lugares distintos de la pirámide de Maslow.

En un momento en el que se habla tanto de las posibilidades de la IA, ¿cómo está impactando a la gestión de los recursos humanos?

La inteligencia artificial forma parte desde hace varios años de nuestros procesos. Por ejemplo, como complemento en los procesos de selección. Ahora vamos hacia modelos de sugerencia en los planes de carrera, para que la gente sepa que áreas mejorar para tener más opciones de pasar al siguiente nivel o de seguir desarrollándose dentro de la empresa.  La inteligencia artificial puede ser una ayuda enorme, siempre combinada con la humana. Creemos también fuertemente en la inteligencia humana y en seguir potenciando eso que nos hace únicos, que es la empatía y la capacidad de conectar con otras personas.

¿Cómo te imaginas tu puesto de trabajo dentro de diez años?

Yo llevo veinte años trabajando en esta industria, catorce de ellos en Globant. Y lo que sé es que hace diez años no hubiera podido imaginar cómo sería mi trabajo hoy. Las oportunidades de crecimiento y de desarrollo que he tenido han ido más allá de lo que podía haber soñado. Si me hubieran dicho que iba a haber una pandemia y que todos íbamos a trabajar en remoto, tampoco me lo hubiera creído. Estoy convencida de que surgirán nuevas formas de trabajo mucho más colaborativas e interactivas, y que la clave del trabajo estará en cómo ser cada vez más sustentables y en el impacto social. Lamentablemente, el mundo seguirá siendo un lugar muy dividido y con muchas desigualdades, por lo que tendremos que seguir poniendo foco en la colaboración y en la humanidad, y en cómo la tecnología puede ayudarnos a ser más colaborativos y más humanos.