Asha y Jia Kirkpatrick son dos hermanas de Reino Unido de 12 y 10 años que han conseguido que Kellogg’s actualice su política internacional sobre el aceite de palma. Hace dos años, después de ver un documental sobre la deforestación provocada en gran parte por la industria alimentaria, las pequeñas tomaron cartas en el asunto y lanzaron la siguiente petición a través de Change.org: ‘Kellogg’s: ¡Deja de destruir las selvas tropicales por aceite de palma barato!‘, que obtuvo casi un millón de firmas.
Pedían al gigante alimentario que dejara de usar aceite de palma "de compañías insostenibles que están destruyendo selvas tropicales y matando orangutanes". Además, demandaban que hiciese un seguimiento del aceite para garantizar su sostenibilidad e “informar al público exactamente de su procedencia". En la petición citaban un estudio de Greenpeace que cifra en veinticinco el número de orangutanes asesinados a diario relacionados con el mercado del aceite de palma. El informe de Greenpeace habla además de que las plantaciones de este producto son el principal impulsor de la deforestación en Indonesia. “Alrededor de 24 millones de hectáreas de selva tropical fueron destruidas en el país entre 1990 y 2015”, según cifras oficiales publicadas por el gobierno indonesio consultadas por Greenpeace.
Tal y como han anunciado las pequeñas junto a su madre, Kellogg’s parece haberlas escuchado y ha modificado su política global sobre el aceite de palma, además de poner en marcha una iniciativa encaminada a paliar la deforestación: la compañía se ha comprometido a trabajar con varias empresas y organizaciones no gubernamentales independientes para hacer un seguimiento de los proveedores del aceite de palma para garantizar que sea sostenible, además de invertir en la restauración de las selvas y su fauna. Lo que no ha dicho Kellogg’s es que vaya a dejar de utilizar aceite de palma en sus productos. En un comunicado enviado a The Independent han indicado que "como empresa socialmente responsable, Kellogg's se compromete a trabajar con sus proveedores mundiales para obtener aceite de palma totalmente rastreable que se produzca de una manera ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable, lo que incluye ayudar a mitigar la deforestación".
Las niñas y su madre se han mostrado encantadas con la noticia y consideran prometedores los cambios, aunque dicen, todavía “necesitan ser probados en los próximos años”, ya que “Kellogg's y la industria en general tienen mucho que demostrar".
