¿Cuando sales de trabajar sigues dándole vueltas a la reunión que tuviste por la mañana? ¿Dejas tareas para casa? ¿Sueles revisar el correo electrónico el fin de semana? Si las respuestas son afirmativas, deberías aprender a desconectar.
No lo decimos solo nosotros, también los expertos. De hecho, una reciente investigación de la Universidad de Zurich concluye que no separar el trabajo del tiempo de ocio hace que nos sintamos agotados antes y pone en riesgo nuestro bienestar. Los investigadores afirman que mezclar ambas facetas de nuestra vida dificulta la recuperación y también nos hace menos productivos y creativos.
La psicóloga Ariane Wepfer, su autora, entrevistó junto a su equipo a 1.916 trabajadores de distintos sectores en tres países: Alemania, Austria y Suiza. Más del 50% trabajaban al menos 40 horas a semana. La mayoría (70,3%) estaban casados y su media de edad era 42,3 años.
Se les preguntó, entre otras cosas, con qué frecuencia se llevaban trabajo a casa, si trabajaban durante el fin de semana y con qué asiduidad pensaban en el trabajo durante su tiempo libre. También se les pidió que indicasen qué hacían para relajarse tras la jornada laboral o qué medidas tomaban para asegurarse de que sus empleos no interfieran con su vida privada.
Lo que descubrieron es que la gente que no separa claramente trabajo y tiempo libre tiene menos probabilidades de hacer cosas que les ayuden a relajarse y recuperarse de la jornada laboral. Por lo tanto, están más agotados y tienen menos sentido del equilibrio. “Esta falta de actividades de recuperación también explica por qué las personas que integran su trabajo en el resto de sus vidas tienen una menor sensación de bienestar", asegura Wepfer. Buenos argumentos para presentar ante los jefes.