Por diferentes razones dejaron sus trabajos y se lanzaron a la aventura de crear una marca de moda masculina. La idea les rondaba la cabeza a las hermanas Patricia y Elena Losa, dos de las impulsoras de esta empresa, que llevaban tiempo acariciando la posibilidad de emprender juntas. Finalmente, aquella vieja aspiración tomó cuerpo en febrero de 2016, no en un garaje, sino alrededor de un vino y unos torreznos en un local de la madrileña calle Ponzano. Así nació el proyecto Bite the Bait, al que posteriormente se sumarían una tercera hermana y la diseñadora Marina Vergés.
Bite the Bait hace moda masculina y solo masculina. ¿Por qué solo para hombres? Sus fundadoras lo tienen claro: “la oferta para la mujer es muchísimo más amplia y, por lo tanto, es más complicado destacar en este segmento, y porque el hombre es mucho más fiel, cuando una marca le gusta, repite”. Así, buscaron un nicho en el que poder adentrarse y diferenciarse y lo encontraron en el mundo de los complementos (guantes, pulseras, carteras, bufandas, mantas…) y en el de las bermudas, una prenda que quieren reivindicar como parte del fondo de armario masculino. Esperan, además, que les abra las puertas del mercado estadounidense: su próximo destino es Miami. Tal vez por eso hayan elegido un nombre en inglés (bite the bait significa mordiendo el anzuelo) para una marca que vende producto cien por cien español, desde los materiales a la confección. “El diseño ‘made in Spain’ es sinónimo de calidad en el exterior”, dicen, y esa es su apuesta: moda de calidad, hecha en España, para un hombre clásico, elegante y con un toque atrevido.

Entre todas suman conocimientos profesionales sobre el mercado de la distribución de la moda, el marketing, el mundo empresarial y el diseño que han puesto en práctica. Aunque también reconocen que desde que arrancaron esta nueva aventura han tenido que “desaprender” algunos de los conceptos que incluyen todos los manuales sobre estas áreas. Por ejemplo, la marca se lanzó exclusivamente en el canal digital, pero pronto se dieron cuenta de que necesitaban introducirse en tiendas físicas, porque los hombres son más reacios que las mujeres a comprar moda por internet. Además, raramente compran solos y en muchos casos siguen necesitando de la conformidad femenina para decidirse. Por eso, aunque mantienen el canal digital, ahora también están presentes en una larga lista de tiendas multimarca por toda la geografía. Cataluña, dicen, es hoy por hoy su principal mercado –tienen presencia en Barcelona, Lérida o Gerona–, pero están también en Jerez, Sevilla, Torremolinos, Madrid, Valladolid, Murcia y otras ciudades (tiene pendiente conquistar el norte del país).
También han aprendido a escuchar a los hombres de otra manera, explican, lo que les está ayudando a adecuar sus diseños a los gustos de ellos, desde la elección de los colores hasta los detalles de los acabados y los materiales empleados. Y reconocen que tienen en sus respectivas parejas a sus más severos críticos pero, también, a cómplices incondicionales con los que comparten responsabilidades familiares.