El acoso sexual en el trabajo sigue siendo tan habitual hoy como hace cuatro décadas
Y parece que las mujeres siguen respondiendo ante él de la misma forma: callándoselo

En enero de 1976, la revista Redbook hizo una encuesta entre sus lectoras sobre el acoso sexual en el entorno laboral. Ese término, ‘acoso sexual’, había empezado a utilizarse pocos años antes en los círculos universitarios estadounidenses. Participaron unas 9.000 lectoras, de las cuales, el 90% de ellas declararon haber sufrido algún tipo de acoso por parte de sus compañeros o superiores: desde miradas lascivas a comentarios o bromas de tipo sexual, indirectas, contacto físico indeseado (tocamientos, pellizcos, frotamientos) o incluso proposiciones para mantener relaciones en situaciones en las que las mujeres sabían que rechazar la propuesta podía ser malo para sus carreras.
Bien, pues cuarenta años después la publicación ha repetido la investigación para acabar descubriendo que la situación ha cambiado poco: ahora el 80% las mujeres declaran haber vivido algo así.
En 1976, el 92% de las mujeres consideraban el acoso sexual un problema. En la actualidad, el porcentaje sube al 99% Menos del 4% de las mujeres piensan hoy que es 'halagador' recibir atenciones no deseadas por parte de sus compañeros, frente al 15% de hace cuatro décadas. En ambos casos, la mayoría de las encuestadas calificaron esos comportamientos de “ofensivos, humillantes e intimidantes”.
Ha llovido mucho desde los setenta, pero una de cada cinco mujeres sigue pensando que su aspecto físico pesa tanto como su cualificación a la hora de ser contratadas (eran una de cada tres en 1976). Además, la mayoría sigue manejando hoy en día las situaciones de acoso igual que las de entonces; esto es, callándoselo. La estrategia más popular para lidiar con el abuso en 1976 y 2016 es la misma: "Ignorarlo esperando que cese". Solo el 10% de las mujeres de la segunda encuesta admitieron haberlo denunciado ante un supervisor y el 14% dijo haberse enfrentado al acosador. En 1976, el 25% declaró creer que en caso de denunciarlo se le pararía los pies al acosador. Hoy lo piensa el 39%. Aunque el 13% cree que no pasaría nada en absoluto y el 3% que acabaría siendo despedida.
Tanto entonces como ahora casi la mitad de las encuestadas dijeron que o bien ellas o bien alguna conocida habían sido despedidas o habían dejado un trabajo a causa de este problema.