La realidad del cáncer de mama, según Paka Díaz y Mabel Lozano

Hablamos con ellas sobre su nuevo libro, un relato en primera persona de cómo se enfrentaron y cómo superaron la enfermedad

Paka Díaz y Mabel Lozano.

Mabel Lozano y Paka Díaz se conocían desde hacía tiempo profesionalmente y siempre se habían entendido bien, pero lo que les ha unido definitivamente y para siempre ha sido el cáncer de mama que recientemente han superado las dos. Paka Díaz es una periodista bien conocida en el ámbito de las revistas femeninas, firma habitual de Mujeres a Seguir y de cabeceras como Smoda, Cosmopolitan, YoDona o Harpers Bazaar, entre otras. Mabel Lozano es guionista, productora y directora de cine social, y una de las mayores expertas en trata sexual y prostitución de nuestro país. Juntas han superado el cáncer y juntas acaban de publicar Te invito a un mojito, un relato en primera persona sobre esa experiencia; un libro sincero, emotivo y divertido, en el que cuentan cómo se enteraron, cómo se enfrentaron y cómo dejaron atrás la enfermedad.   

El primer contacto de Paka Díaz con el cáncer de mama había tenido lugar un par de años antes, cuando a su hermana pequeña le detectaron un carcinoma que, afortunadamente, también superó. Por eso su entorno le insistía para que también ella se hiciese las pruebas, algo sensato teniendo en cuenta los antecedentes... excepto a juicio de algún médico. “Me tuve que poner pesada para que me hicieran una ecografía y una mamografía, porque mi doctora consideraba que yo no tenía factores de riesgo ni tras contarle lo de mi hermana. Al final le dije que si no me quería mandar las pruebas, me lo pusiera por escrito, y así las conseguí”. Menos mal, porque esas pruebas que había pedido solo a título preventivo acabaron descubriendo un tumor que, gracias a esa obstinación y tenacidad que hacen de ella una fantástica periodista, cogieron muy a tiempo. “No lo entiendo, porque todo el rato nos están bombardeando con la prevención, poniendo sobre nuestra espalda esa responsabilidad, pero cuando pides las pruebas, a veces no te las quieren dar”, reflexiona Paka. “Tanto Mabel como yo no tenemos más que cosas buenas que decir de la mayoría de los profesionales sanitarios. Tenemos la suerte de tener el mejor sistema sanitario del mundo, pero no está funcionando como debería, y tenemos que dar la voz de alarma. No podemos permitirnos casos como el de Olatz Vázquez, que personalmente me ha impactado muchísimo”, asegura. Vázquez era una periodista vasca que falleció el mes pasado, con solo 27 años, por un cáncer gástrico cuyo diagnóstico se retrasó dos meses a causa de la pandemia. Antes compartió con sus seguidores en redes y con el mundo su experiencia con la enfermedad.   

Paka conoció a Mabel hace unos años cuando la entrevistó por el estreno de su primer documental sobre la trata. “Descubrí a una mujer supercomprometida. Con Mabel es muy fácil conectar, ella es amiga de las mujeres, en seguida establece lazos. La he entrevistado un montón de veces desde entonces y siempre hemos tenido buen rollo”. La última de esas entrevistas fue apenas unos días antes de que Paka publicara un post en Instagram contando que había terminado el tratamiento de un cáncer del que hasta entonces solo sabía su entorno cercano. “Quería dar las gracias a mi gente y, sobre todo, advertir a las mujeres que lo leyeran de que mi carcinoma no se veía en la mamografía, solo lo detectaron en una ecografía, que es una herramienta que deberíamos pedir siempre. Mabel lo vio y fue la primera persona en llamarme”.

Esa llamada de apoyo que hizo Mabel acabó dando un giro a su vida que ni en uno de sus sueños más locos de guionista hubiese imaginado. Al colgar, se quedó pensando en el tiempo que había pasado de su última revisión, así que se hizo una autoexploración del pecho. Entonces notó un bulto. Inmediatamente llamó al médico y le hicieron unas pruebas que confirmaban que lo que más temía: otro carcinoma, otro “guisante cabrón” (el apelativo cariñoso que le puso Paka), otro maldito “garbanzo” (el nombre con el que lo bautizó Mabel). “Gracias a Paka yo misma me lo descubrí, en pleno confinamiento, cuando estábamos todos encerrados en nuestras casas. Paka estuvo a mi lado, a través del teléfono, eso sí, pero a mi lado, en un momento de tanta soledad y desconcierto”.

Ese apoyo y ese conocimiento de la enfermedad fue tan importante para ella como antes lo había sido para Paka. “Mi hermana pequeña había tenido cáncer de mama y para mí había sido muy duro. Cuando lo vives tan cerca empiezas a aprender un montón. Todas las cosas que me había enseñado mi hermana o que yo había aprendido con mi propio cáncer se las iba contando a Mabel. Era información muy útil, muy práctica, como somos las mujeres. En un momento dado Mabel me dijo que había que convertirlo en un libro, porque los oncólogos no te hablan de muchas cosas y algunas son de conocimiento femenino. Son cosas que vamos compartiendo entre nosotras, en las salas de espera de radio o de quimio o en los foros de mujeres que tienen o han tenido cáncer”, explica Paka.

“Cuando el cáncer entra en tu vida, todo se vuelve muy convulso, tienes mucho miedo, sobre todo temes que sufra tu familia, tus niños”, admite Mabel. “Que Paka me tendiera su mano iluminó un poco esa senda tan desconocida y me parecía que juntas podríamos hacer lo mismo por otras mujeres en nuestra misma situación, para que no se sintieran tan solas, para que no tuvieran tanto miedo”. El libro refleja muy bien esa capacidad de las mujeres para hacer red. “Hay una enfermera en el hospital donde se trató mi hermana que tiene una libreta en la que apunta todas las cosas que les han funcionado a las mujeres que han pasado por la quimio allí”, cuenta Paka. “Cada vez que llega una paciente nueva, se sienta con ella y le va explicando lo que le puede pasar y lo que puede hacer”. 

Como buena periodista, recomienda a las mujeres en esta situación que tomen nota de las cosas importantes y se vayan apuntando las dudas que les surjan para luego preguntarlas en consulta.  “Estás pasando un momento de mucho estrés, incluso aunque lo lleves muy bien, y es increíble cómo se te olvidan las cosas. El cáncer se escribe con mayúsculas en nuestra mente”, asegura. “Lo más importante es que sean ellas quienes decidan sobre su enfermedad, que pidan, que exijan, que busquen el contacto con otras mujeres que tienen cáncer si lo necesitan, porque cada persona es un mundo. Hay algunas que prefieren llevarlo con total privacidad y otras a las que les gusta más comunicarse. Es un mazazo y hay que pasar por un proceso de duelo. Con el cáncer, algo cambia en ti, te quita cosas y te da otras. Es un proceso y hay que asumirlo. Y luego es importante ponerte a ti misma primero: comer bien, descansar, cuidarte todo lo posible”. Paka también recomienda no dejarse arrastrar por esa dictadura del pensamiento positivo que se ha impuesto en los últimos años incluso en esto, porque –parece mentira que haya que recordarlo– las sonrisas no curan el cáncer. De ello habló en una entrevista que le hizo a Anne Boyer, que también ha pasado por esta enfermedad y que el año ganó un Pulitzer el año pasado por el ensayo Desmorir. “Ella me decía, y es verdad, que a ningún enfermo con neumonía o sífilis se le exige que sea positivo. Sin embargo, cuando tienes cáncer sí. A la gente le da mucha tranquilidad ver que sonríes. Por supuesto que mantener una actitud positiva ayuda, pero no puede ser que la persona enferma esté todo el rato pendiente de dar una buena imagen para que no se preocupen, porque al final acabas llorando tú sola en el baño, que es algo que todos hemos hecho”.

La buena noticia, porque las hay, es que aunque la incidencia del cáncer de mama esté aumentando (la probabilidad estimada de desarrollar cáncer de mama siendo mujer es de 1 de cada 8), detectado a tiempo tiene unas altísimas probabilidades de cura, como demuestran los casos de Paka y Mabel. Ambas están ahora bien, trabajando como siempre a tope y con más ganas que nunca de comerse la vida. “Yo nunca había imaginado no estar, no existir”, asegura Mabel. “Soy una disfrutona de la vida, ahora aún con más pasión. Vivir es un éxito”.

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