Britney Spears: "Quiero recuperar mi vida. No estoy aquí para ser la esclava de nadie"
La cantante ha denunciado que sus tutores la han obligado a tomar litio y no le permiten quitarse el DIU que le impide quedarse embarazada
Britney Spears todavía no ha recuperado su libertad, pero al menos sí su voz. La cantante ha solicitado, en una declaración de veinte minutos ante una jueza de Los Ángeles (la primera ocasión en la que habla libremente en muchos años, ha dicho), el fin de la tutela financiera y personal que su padre ejerce sobre ella desde hace trece años. "Quiero recuperar mi vida. No estoy aquí para ser la esclava de nadie", ha dicho ante la jueza.
En enero de 2008, y tras un muy público colapso nervioso que acabó con su ingreso en un centro psiquiátrico, la cantante perdió, por orden judicial, el control sobre su dinero y su carrera. Desde entonces ha estado sometida a lo que se conoce como curaduría, un tipo de tutela normalmente reservada para ancianos o personas enfermas que no pueden cuidar de sí mismas. El resultado es que no puede tomar la mayoría de sus decisiones, ni personales ni económicas, sin la aprobación de sus tutores legales, entre ellos, su padre. "Esta tutela está pagando el sueldo de mucha gente. Estoy harta", ha declarado la cantante, que ha afirmado que su padre y todos los involucrados “deberían estar en la cárcel”.
Britney Spears ha relatado cómo durante años ha sido obligada a trabajar, a irse de gira y a continuar con su espectáculo en Las Vegas en contra de su voluntad. En una emotiva declaración, algo incoherente en algunos momentos, cuya transcripción íntegra ha sido publicada por Variety, Spears llega a comparar su situación con la de una víctima de trata. “Lo único similar a esto se llama tráfico sexual: hacer que alguien trabaje en contra de su voluntad, quitarle sus posesiones (tarjeta de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte) y colocarle en una casa donde trabaja con las personas con las que vive”. La cantante también ha contado que durante los ensayos para sus conciertos de Las Vegas, su médico le recetó litio en contra de sus deseos. “Me sentía drogada. Ni siquiera podía tener una conversación", ha explicado. “Mi familia no solo no hizo una maldita cosa al respecto, mi padre estaba totalmente de acuerdo. Todo lo que me pasaba tenía que ser aprobado por mi padre”.
Según su testimonio, el control al que se ve sometida llega a los aspectos más íntimos. "Quiero casarme y tener un bebé. Tengo un DIU dentro en este momento, así que no me quedo embarazada. Quería quitarme el DIU para intentar tener otro bebé, pero mi supuesto equipo no me deja ir al médico para que me lo retiren porque no quieren que tenga más hijos", ha relatado. “No soy feliz. No puedo dormir. Estoy tan enfadada que es de locos. Y estoy deprimida. Lloro todos los días”.
De momento, el equipo legal de su padre, Jamie Spears, ha rechazado responder al testimonio de la cantante para, indican, “preservar su privacidad” y no sacar a la luz “detalles de su estado de salud” ante una audiencia pública. Hasta la fecha, todos los intentos de Spears para reclamar un mayor grado de independencia han sido rechazados por los tribunales.