#FreeBritney: ¿Ha llegado el momento de que Britney Spears recupere su libertad?
Hace más de una década, la cantante perdió todos sus derechos sobre su trabajo y sus finanzas
Han pasado catorce años desde que Britney Spears se afeitara la cabeza delante de las cámaras mientras el mundo asistía, entre fascinado y horrorizado, al colapso nervioso de la conocida como ‘princesa del pop’. Unos meses después, la cantante, por entonces una mujer de 26 años, perdía, por orden judicial, el control sobre su dinero y su carrera. Todavía no lo ha recuperado. De su lucha para conseguirlo y del movimiento que la apoya se habla en el documental Framing Britney Spears, producido por el New York Times y estrenado hoy en Hulu.
El tema Baby one more time dio, en 1998, el pistoletazo de salida para la carrera discográfica de Britney Spears. La exniña Disney, que había declarado su intención de llegar virgen al matrimonio, cultivó durante esos primeros años la imagen de niña buena. Su relación con Justin Timberlake, por entonces líder del grupo Nsync, y con el que años antes había compartido pantalla en el programa de televisión Mickey Mouse Club, acabó de desatar la locura mediática en torno a ella. La relación acabó en 2002, en medio de las acusaciones de infidelidades que hizo Timberlake. Se abría en los medios la veda contra Britney. Sus salidas nocturnas con Paris Hilton o Lindsay Lohan y su relación con el bailarín Kevin Federline, que por entonces esperaba un hijo con otra mujer, fueron seguidas de cerca por los tabloides. La pareja se casó, pero en 2006, tras dos años de matrimonio y dos hijos, anunciaron su separación y empezaron una larga batalla legal por la custodia de los niños. En aquella época, Spears ingresó en rehabilitación, pero abandonó la clínica poco después sin recibir el alta. Fue entonces cuando se fue a una peluquería del centró de Los Ángeles, agarró una maquinilla y, a la vista de los paparazzis, empezó a afeitarse la cabeza. En un momento en el que no había la conciencia que hay hoy en torno a las enfermedades mentales, el colapso nervioso de Spears se convirtió no solo en espectáculo, sino también en objeto de burla.
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Una lamentable actuación en los Video Music Awards de MTV y unas imágenes de la cantante golpeando con un paraguas el coche de un paparazzi acabaron con el poco crédito público que aún le podía quedar. Poco después, un juez concedía la custodia completa de sus hijos a Kevin Federline. En enero de 2008 Spears tuvo otra crisis, que acabó con su ingreso por la fuerza a un centro psiquiátrico. Poco después, su padre solicitaba su custodia legal alegando que su hija estaba fuera de control. Desde entonces, Spears está sometida a lo que se conoce como curaduría, un tipo de tutela normalmente reservada para ancianos o personas enfermas que no pueden cuidar de sí mismas. El resultado es que no puede tomar la mayoría de sus decisiones, ni personales ni financieras, sin la aprobación de los tutores legales nombrados por el juzgado, entre ellos, su padre.Según datos publicados por Business Insider, en el 2018 la estrella del pop tenía un patrimonio de 59 millones de dólares y se gastó algo más de un millón en honorarios legales y de sus tutores solo ese año.
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En los últimos años, fans, celebrities y medios se han movilizado para que Britney Spears recupere las riendas de su vida. Su argumento es que en los últimos años se ha comportado como un adulto plenamente funcional: ha grabado varios discos, ha hecho giras mundiales, ha mantenido un exitoso espectáculo en Las Vegas y ha sido jurado en el programa X Factor. Si es capaz de hacer todo eso, ¿no será capaz también de tomar sus propias decisiones?, se preguntan sus defensores. El año pasado, Spears, que actualmente tiene 39 años, acudió a los tribunales para reclamar un mayor grado de independencia. La petición fue denegada.
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