La rebelión de las secretarias que inspiró una de las películas más taquilleras de los ochenta
El movimiento 9to5 hizo de humillar a los jefes un arte
A principios de los setenta, un grupo de secretarias de Boston formaron 9to5, una organización para representar a la que, a lo largo de esa década, se había convertido en la principal fuerza del mercado laboral estadounidense, más numerosa que la de los empleados de la construcción o de las fabricas: las trabajadoras de oficina. Se organizaron para conseguir mejores salarios, más oportunidades de progreso y acabar con el acoso sexual (en un momento en el que, recordemos, no existía siquiera el concepto ‘acoso sexual’). Y lo hicieron tirando de humor e imaginación para poner en evidencia a quienes habitualmente abusaban de ellas: los jefes.
La impulsora fue Karen Nussbaum, una mecanógrafa y oficinista de Boston que, harta de su mal pagado, poco estimulante y nada valorado trabajo, decidió que había llegado el momento de hacer algo para cambiar las cosas. No estaba sola. En aquella época, las secretarias, recordaba Nussbaum en una entrevista en BBC, “eran como el papel de la pared, apenas existían para la mayoría de la gente, nadie les dedicaba un segundo pensamiento. Tenía una amiga cuyo jefe no recodaba ni su nombre”.
Secretaria era por entonces una de las principales salidas laborales para las mujeres. A pesar de que muchas eran licenciadas universitarias, su labor habitualmente se limitaba a preparar café y hacer los recados personales de sus superiores. Eran lo que por entonces se conocía como ‘esposas de oficina’. “Esa noción de que estabas allí como la esposa de la oficina para hacer cualquier cosa que te pidieran, no sabíamos cómo expresar lo que tenía de malo, pero estábamos seguras de que estaba mal. La gente estaba silenciosamente furiosa”.
Tras muchas reuniones con otras mujeres, Nussbaum y una compañera de la universidad, Ellen Cassedy, crearon un boletín informativo que comenzaron a distribuir a otras trabajadoras en las paradas de autobús. Su título era 9to5, en referencia al horario de oficina más habitual. Pero de ahí pasaron a otras formas de protesta menos convencionales que les dieron mucha notoriedad a nivel nacional.
Por ejemplo, con motivo del Día de la Secretarias, una fecha en la que se suponía que los jefes debían regalar flores o bombones a sus ayudantes para agradecerles su trabajo, organizaron un concurso para encontrar al peor jefe del año. Las respuestas que obtuvieron parecen, desde la perspectiva actual, surrealistas. Estaba el jefe que le había pedido a su secretaria que llevara una muestra de orina al laboratorio, el que le había pedido a su secretaria que escribiera un trabajo del colegio para su hija o el que le pedía a su secretaria cada mañana que le pelara catorce zanahorias porque estaba a dieta. Pero el vencedor ese primer año fue el jefe que hizo que su secretaria le cosiera un roto en la entrepierna de los pantalones….mientras aún los tenía puestos. Una vez elegido el ganador, iban con la prensa y le daban el premio delante de las cámaras. "Siempre creímos que era importante divertirse y utilizar el poder de humillar a los jefes de la misma forma en que a menudo ellos humillaban a las trabajadoras", aseguraba Nissbaum.
Pronto se montaron capítulos de 9to5 por todo el país. Más allá de los titulares de prensa por sus notorias manifestaciones, la organización también consiguió algunas victorias reales. Una de las primeras se produjo en Boston. La organización descubrió que algunos de los principales empresarios de la ciudad se reunían en secreto para fijar de forma coordinada los salarios de los administrativos y mantenerlos así bajos, algo del todo ilegal. Gracias a las secretarias de esas empresas descubrieron donde iba a tener lugar la siguiente reunión, y allí se presentaron enarbolando las tarjetas perforadas que por entonces se utilizaban para grabar los datos administrativos. Después lo denunciaron al Fiscal General de Massachusetts y acabaron consiguiendo un aumento salarial del 10% para todos los trabajadores de oficina.
En 1975, la actriz Jane Fonda, que conocía a Nussbaum del movimiento contra la guerra de Vietnam, le propuso hacer una película sobre la lucha de las trabajadoras. Juntas le presentaron una propuesta a la 20th Century Fox basada en un argumento sencillo: en el país había 20 millones de oficinistas de las que nadie hablaba y que acudirían en masa a los cines en cuanto se estrenara la película. Tenían razón. 9to5 (Cómo eliminar a su jefe en España) se estrenó finalmente en 1980 y fue todo un éxito, recaudando más de cien millones de dólares solo en Estados Unidos. De hecho, fue, la segunda película más taquillera de ese año, solo por detrás de El imperio contraataca, y es la vigésima comedia más taquillera de la historia.
La cinta está protagonizada por la propia Fonda, que también la produjo, Lily Tomlin y Dolly Parton. En la película dan vida a tres secretarias que, hartas de su sexista, egoísta, lujurioso y mentiroso jefe, deciden vengarse de él, secuestrándole e iniciando una revolución en la oficina. Parton, que debutaba con este papel en el cine, interpretó también su tema principal, uno de los mayores éxitos de su carrera. La canción llegó al número uno del Billboard y fue nominada a los Oscar.
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Política de cookiesVer en youtube.com“Me caigo de la cama y me dirijo a la cocina a trompicones/ Me sirvo a mí misma una taza de ambición (…)/ Solo usan tu mente y nunca te conceden crédito/ Suficiente para volverte loca si lo permites (…)/ Trabajando de 9 a 5, tienes pasión y visión/ Porque es hora de moverse, una forma completamente nueva de ganarse la vida/ Voy a cambiar tu vida, haré algo que le dé sentido con una red digna de tus sueños/Tienes sueños y sabes que importan/ Sé tu propia jefa, sube tu propia escalera/ El momento se acerca”, dice la letra.
Un par de años después se lanzó también una serie de televisión con el mismo nombre que se emitió durante cinco temporadas y en 2009 se estrenó un musical en Brodway con nuevas canciones escritas por Dolly Parton para la ocasión.
9to5 acabó integrándose en los ochenta en el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios y Karen Nussbaum trabajó después en la administración Clinton y fundó Working America, una de las asociaciones de trabajadores más importantes del país.
