El libro que necesitas leer para combatir a los machistas de tu oficina
‘El club de la lucha feminista’ es un manual repleto de tácticas… y humor

¿Cómo conseguir que el tío que te interrumpe siempre en las reuniones se calle sin que parezca que estás a la defensiva o supersensible? ¿Qué hacer cuando un colega presenta tus ideas sin otorgarte el mérito? Si has vivido este tipo de situaciones, te vendrá muy bien leer El club de la lucha feminista (Conecta), el primer libro de la periodista Jessica Bennett, actualmente editora de género en TheNew York Times. El subtítulo no deja lugar a dudas: “Manual de supervivencia en el trabajo para mujeres”. Y de eso trata, de ayudar a mujeres que están siendo tratadas de forma injusta en la oficina, aunque sea a través de pequeños gestos que pueden parecer nimiedades, pero que sumados día tras día socavan la moral de cualquiera (a este tipo de sexismo se le denomina “muerte por mil heridas”).
“Debemos armarnos con datos para demostrar lo real que es todavía el problema y proveernos de tácticas para luchar contra él”, asegura Bennett en el ensayo, en el que son frecuentes las citas a estudios, casos o declaraciones recientes. Sin embargo, el tono se aleja de la seriedad y la autora acierta adoptando una postura reivindicativa pero con mucho sentido del humor. Las ilustraciones, obra de Saskia Wariner y Hilary Fitgerald Campbell, colaboran a hacer de su lectura un rato ameno y divertido, mientras las ideas van dejando poso.

Bennett comienza contando cómo surgió el club de la lucha feminista: ella y una docena de amigas, entre los veinte y los treinta años, se reunían más o menos una vez al mes en una casa para contarse cómo les iba en el trabajo. Al final las reuniones acabaron casi convirtiéndose en sesiones de terapia. Todas se quejaban de las trabas con las que por el hecho de ser mujer se iban topando, y que ni siquiera habían imaginado que podrían existir. A partir de sus quejas y reflexiones, Bennet vio la necesidad de crear unas “herramientas para lidiar con las estupideces absurdas, cansinas y habituales” con las que las mujeres se tienen que enfrentar.
Ahí el libro pasa a la parte más práctica y útil: identifica al enemigo (el interrumpidor, el explicador, el socavador, el acosador…) y propone las tácticas defensivas que mejor funcionan en cada caso. Pero también hace una radiografía de las mujeres (la perfeccionista, la atacada de los nervios, la mamá de la oficina…), con sus correspondientes consejos para las lectoras que se siente identificadas con alguno de los perfiles.
La autora intenta también reclutar a los hombres, a los que considera cruciales para la batalla feminista. Uno de los capítulos incluye una lista de cosas sencillas que los hombres pueden hace en su día a día para luchar por la igualdad: reconocer el mérito de las compañeras, interrumpir a los interrumpidores, dejar hablar a las mujeres, invitarlas a las reuniones, cogerse las bajas por paternidad… y evitar el despatarre (esa costumbre masculina de ocupar más sitio abriendo las piernas).
En definitiva, un libro con un objetivo muy serio, pero divertido en su lectura. Si queréis conseguir un ejemplar, vamos a sortear uno en nuestro perfil de Instagram.
